¿Qué Somos: Ovejas o Hijos?
«Jehová es mi pastor nada me faltará» (Salmo 23:1)
«Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho
… a ser hijos de Dios (Juan 1:12)
El Cantor de Israel escribió, «El Señor es mi pastor» El apóstol Pablo también escribió «»Habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: «¡Abba Padre!». Surgen varias preguntas ¿Cuál de ellos tenía razón? ¿Soy yo una oveja o un hijo? ¿Fui yo comprado o nací? ¿Vivo en un pastizal o en una casa?
Estas preguntas se vuelven muy importantes, ya que como cristiano no puedo tener una buena relación con Dios, hasta que yo sea capaz de identificar esa relación. Las asociaciones abstractas no tienen ningún significado, porque cuando yo me acerco a Dios y le hablo tengo que tener este asunto muy claro en mi mente; porque es asunto de vital importancia.
Este problema quedaría resuelto si el Salmo 23 fuese la única referencia que la Escritura hace a la relación que existe entre el Pastor y las ovejas. Podríamos decir que en los tiempos del Antiguo Testamento el pueblo de Dios estaba formado por ovejas, pero bajo el Nuevo Testamento «somos hijos de Dios».
1 Juan 3
1 » Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce no le conoció a El. 2 Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es».
Juan 1
12 Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, 13 que no nacieron de sangre, ni de voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios«.
Hay más de una escritura que debemos a analizar, pero antes debemos decir; para entrar a la familia humana se necesita un nacimiento, allí recibimos un apellido paterno y otro materno, para poder identificarnos. De igual manera para entrar en la familia de Cristo, que es su iglesia, necesitamos » nacer otra vez’’, que es el requisito indispensable.
Juan 3
…3 Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad os digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios»
El maestro de Israel no sabía esto porque nunca lo había escuchado, ya que el pueblo de Israel la única relación que tenía con Dios era una relación de pastor y oveja, por la características similares de el pueblo de Israel con las ovejas., no tenían visión, tenían que ser guiadas por la voz del pastor, la oveja es un ser solitario, que requieren mucha atención, si se les deja solas se mueren o las matan, así que su supervivencia depende de su propietario. Isaías declara:» Todos nosotros nos descarriamos como ovejas»
También tenemos que considerar el capítulo 10 de Juan. El se identifica a sí mismo como » el buen pastor» El Señor mezcla sus metáforas hablando de las personas como si fuesen ovejas, ¿En qué período vivió Jesús? No olvidemos que el Señor hablo muchas veces empleando metáforas o alegorías, que es una ficción que presenta un objeto al espíritu para sugiera el pensamiento de otra representación simbólica de ideas abstractas.
Visto esta definición de alegoría podemos entender mejor las palabras del Señor Jesús.
Juan 10
9 » Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto (griego nomé que quiere decir acto de alimentar).
Esta palabra » nomé» se encuentra solamente en este pasaje y en 2 Timoteo 2:17 y dice: » y su palabra se extenderá como gangrena » nomé » o sea algo que carcome y está lejos de alimentar.
El Salmo 23:2 encontramos las palabras ‘’ en lugares de verdes pastos…»La palabra hebrea para pastos es «tnaáh» que significa, habitación, casa, lugares placenteros y aparece solamente en 10 ocasiones.
Se enfatiza mucho, no en forma desmedida por los más, nuestra posición real en la familia de Dios y hasta se habla de nuestros derechos y privilegios como hijos. Es lógico que se nos anime a entrar en la presencia de Dios, porque como hijos, tenemos ese derecho, la Biblia nos dice:
Efesios 1
3 » Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo 11 también hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad 14 que nos ha dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida en Dios, para alabanza de su gloria 22 Y todo sometió bajo sus pies, y a El lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo».
También, con todo derecho, se enfatiza que nos colocamos en el lugar que nos corresponde junto a Cristo y el ministerio del cuerpo, su iglesia, que se predica con todo el respaldo de la Biblia; y nuestra meta es llegar a ser maduros como el Señor nos enseño.
Efesios 4
12 “…a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; 14 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo».
Hebreos 10
14 » Porque por su ofrenda, Su crucifixión en ala Cruz, El ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados».
Colosenses 2
9 » Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en El, 10 y habéis sido hechos completos en El, que es la cabeza sobre todo poder y autoridad».
No debemos pasar por alto estas realidades, somos hijos de Dios y la relación con el cuerpo de Cristo, su iglesia, es fundamental para que podamos llevar una vida victoriosa. Como hijos, somos herederos, la Biblia lo confirma, de todas y cada una de las promesas de nuestro Padre y por lo tanto, como somos hijos de Dios pertenecemos a la familia real de nuestro Padre Celestial.
En este punto, que citaremos a continuación. El hecho que Jesús dijera » Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas». Aquí el énfasis, como Jesús continúa usando la alegoría, el énfasis esta puesto sobre El no en las ovejas. Contestan algunos, » nadie entrega su vida por una oveja; al menos voluntariamente, porque las ovejas no valen la pena, PERO UN PADRE SI DARIA SU VIDA POR UN HIJO»»
En la afirmación del salmista » Jehová es mi pastor”. Notamos que aquí no está expresado nuestra posición y no debemos leer algo que no forme parte de la intención de lo que está escrito, es exactamente igual que lo que escribió el apóstol Pedro.
1 Pedro 2
25 » Pues vosotros andabais descarriadas como ovejas, (Is. 53: 6) pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas».
Otra vez es una alegoría, ¿por qué? Las ovejas no tienen alma… Las ovejas son solitarias, cortas de vista y no ven siquiera lo suficientemente bien para reconocer a su pastor, pero eso sí, le reconocen la voz. Y eso es suficiente porque al ser comparado con rebaño, el tema se concentra es Su propiedad, Su provisión, Su guía, su cuidado, su alimentación, y atención.
Puede ser humillante para el ser humano que nos comparen con una oveja, y por esta razón preferimos hablar de ser hijos de Dios, Pero, todo tiene un pero, Las ovejas no son muy inteligentes para sobrevivir, esto es que sobreviven por instinto de las masas, y significa además que los temores, la timidez, la terquedad, y hasta la insensatez, así como las costumbres perversas, pero, otra vez el pero… ¡Pero no es así como somos!
Tenemos que entender que, el Señor no es afortunado por tenerme a mí como uno de sus hijos, al contrario yo sí soy no solamente afortunado sino bendecido con toda bendición espiritual. Si leemos el capítulo diez de Juan, nos daremos cuenta de lo mucho que nuestro Pastor ama a sus «Ovejas o Hijos» Las ama y las protege, les habla, las guía y les da vida, y vida en abundancia y la final les da la vida eterna
Por nuestra parte nos tenemos que mantener cerca de Cristo, no podemos siquiera considerar que somos inteligentes, ni dependa de su fortaleza… Lo que debemos hacer es inclinar nuestro rostro y decir:
Salmo 23
“El Señor es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. El restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre. Aunque pase por el valle de sombras de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tú vara y tu callado me infunden aliento. Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
A propósito sería bueno que tratáramos la oración modelo que enseñó nuestro Salvador Jesucristo El Padrenuestro. Cuando leo sobre está oración que debe servir de nuestro modelo, la primera observación que me asalta es que el foco está puesto en el Señor o sea: su persona, su nombre, su regla, su voluntad y después nuestras necesidades que son: El pan nuestro de cada día, perdona nuestros pecados, Líbranos del mal.
En primer lugar, el Señor quiere que nos dirijamos a nuestro Padre. En este tiempo cada vez más cristianos dirigen su oración a Jesús. No puedo recordar ningún caso en las Sagradas Escrituras cuando se haya orado al hijo de Dios, es por eso que sugiero que sigamos las instrucciones que nos dio Cristo.
Cuando El enseñó a sus discípulos a orar, fue dirigiéndose al Padre y no a Nuestro Pastor de ovejas. Si queremos ser absolutamente bíblico oremos al Padre y lo más importante llamémosle de esa manera.
No tenemos dudas que cuando oramos así, nos ayudará a imaginarlo mentalmente más como Padre que como amigo, o como una Deidad lejana. De todos los títulos que podamos escoger, el de Padre es el mejor y sabe por qué. Porque realmente es nuestro Padre celestial, El cuida de sus hijos El sabe muy bien cómo manejar su familia.
Es ese título, hay tanto respeto como libertad. Cuando tenemos una sana relación entre el Padre y el hijo, hay libertad, y también hay confianza. Podemos hacer pausas mientras hablamos, sin que sea una falta de respeto. Es importante que notemos cómo el quiere que le consideremos: como quien está «en los cielos». Es de notar que está es plural, que nos habla de que nuestro Padre esta en todo lugar y sin embargo, El está tan cerca como mi respiración.
«Santificado sea tu nombre.» Notamos que esa no es una de las palabras que más usamos en el día de hoy. Y está palabra significa » consagrado», «santo», «dedicado».
Por supuesto que no podemos «santificar» a Dios, pero sí podemos reconocer que El es santo, «Santificado sea tu nombre», esa es una declaración de fe más bien que un pedido. La oración continúa: » Venga: tu reino. Hágase tu voluntad». Es como si Cristo estuviera diciendo: Que lo que estás pidiendo ocurra. Que algún día domine el reino donde tú gobiernas. Mientras tanto, que tu voluntad se haga en la tierra como siempre se hace en el cielo. Para decirlo francamente que tu voluntad se haga en mí. Aquí hay palabras sencillas, pero de enorme significado.
Después de enfocar su persona, su nombre, su gobierno, y su voluntad. Seguimos con un vuelco hacia las necesidades terrenales.» El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy». Debemos poner atención a lo que pedimos. Pan de cada día, esto es lo básico. El sustento básico es todo lo que necesitamos para vivir. El pan de cada día es un símbolo de todo lo necesario para la preservación de la vida.
Y mientras tú me das, hay algo que necesito para mí ser interior, esto es Señor: el perdón, así como el pan es para lo físico, el perdón es para el alma. Nuestro pecado es una deuda que se acumula. O sea que los intereses son acumulativos, si hay una deuda pendiente debemos afrontar las consecuencias. Ya que no podemos cubrir nuestros pecados nosotros mismos. Necesitamos la ayuda de Dios; no nos olvidemos de poner la deuda de nuestro pecado en las manos Aquel que es el único que puede perdonar.
Una parte muy perturbadora, en el Padrenuestro es la petición de: » No nos metas en tentación», pero, ¿Cómo El podría hacerlo?, si su nombre es santificado. El es santo. Si la tentación significa un llamado ha hacer lo malo, ¿cómo podría El hacer eso? Santiago dice:
Santiago 1
13 » Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie. 14 Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión. 15 Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte».
Es muy claro que Dios no puede tentar a nadie. Su santidad se lo impide y nunca induce al pecado. Muchas personas aducen que esto significa. No nos pongas a prueba. Pero ¿cómo no lo haría? Ya que la prueba produce, fe fortaleza, desarrollo del carácter, de manera que en ese sentido, el Señor permite la prueba. Es como si dijéramos Señor ven a nuestro rescate. También pienso que es una referencia a Satanás, porque el odia todo lo que hay en nosotros, especialmente que gozamos de la presencia de Dios. El mismo la disfrutó una vez. Pero por una serie de actos de orgullo, fue expulsado; y ahora mira atrás con una terrible envidia a todos lo que gozan el placer de esa presencia que él disfrutó alguna vez, pero que ahora está separado para siempre y le espera el lago de fuego y azufre.
Llega el momento de la dramática conclusión: «Porque tuyo es el reino, y el poder y la gloria, para siempre jamás. Amén.» ¡Que final tan apropiado para una oración!
Tenemos el imperativo de vivir en esa dimensión espiritual, sabiendo que no hay nada que sea nuestro, ni producto de nuestro trabajo o habilidades. El significado de este versículo, que encontramos al final de la oración del Padrenuestro, es que el reino y el poder y la gloria de este mundo, tanto pasado como presente y futuro, pertenecen a Dios. El supremo gobernante de todas las cosas es Dios Padre. El rey David, el mayor y más valiente entre los reyes de Judá, alabó a Dios en conformidad con esos principios cuando entregó el trono a Salomón, y le recomendó la tarea de edificar el templo a Dios.
1 Crónicas 29
11 » Tuya es. OH Señor, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; tuyo es el dominio, OH Señor, y tú te exaltas como soberano de todo. 12 De ti proceden la riqueza y el honor, tú reinas sobre todo y en tu mano están el poder y la fortaleza, y en tu mano está engrandecer y fortalecer a todos. 13 Ahora pues, Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre».
(Las citas Bíblicas son tomadas de la Biblia de las Américas)
Por Rev. Ramón Herrera