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Promesa Cumplida

-por Ramón Herrera

Este estudio del Nuevo Testamento, no pretende ser cronológico; Más bien nos ocuparemos de aquellos hechos destacados en la vida de nuestro Señor Jesucristo; así como en la vida de los apóstoles.

Después de considerar, las fuentes de información que tenemos, fijaremos la atención en el ministerio de las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo. No nos preocuparemos por una ordenación detallada de cada uno de los episodios de su vida, sino del significado de esos acontecimientos.
Estudiaremos su nacimiento en estrecha relación con nuestra confesión de que es a la vez,  Dios y hombre, o sea la encarnación de Dios. Este estudio esta concebido para mejorar nuestra visión de la Biblia y la percepción de su unidad básica, tanto del Antiguo Testamento como en el Nuevo y cómo Cristo es el cumplimiento de la profecía y la ley.

La formación del Antiguo Testamento tomó alrededor de unos mil años. Mientras el Nuevo Testamento se completó en poco más de un siglo. De igual manera que el Antiguo, el Nuevo Testamento también se originó en circunstancias inmediatas que afectaban al pueblo de Dios. Es muy probable que ninguna de sus partes del Nuevo Testamento  haya sido escrita antes de la resurrección y ascensión de Jesucristo. Más tarde, con el establecimiento congregaciones cristianas, que estaban lejos unas de otra, se hizo necesario encontrar una forma de mantener el contacto unas con las otras, a la vez se hizo necesario hallar la manera de tener una forma de contacto entre las nuevas misiones y los fundadores, que fueron los apóstoles.

Al mismo tiempo el pueblo de Dios tuvo la necesidad ce contar con un relato digno de crédito de aquellos acontecimientos que pararon en la vida y las enseñanzas de Jesucristo, junto a una crónica de la vida del pueblo de Dios, en este caso la Iglesia, y así ilustrar el poder del evangelio.

La fijación de la fecha de cada sección del NT siempre ha sido una parte  muy necesaria para poder estudiarlas, si bien ha provocado más discusiones que conclusiones acertadas. La inmensa mayoría de los expertos de la Biblia suponen que las epístolas de Pablo fueron los primeros escritos, desde el punto de vista cronológico, comenzando a mediados del siglo I. Otra sugerencia es que el Evangelio de Marcos  fue el primero de los Evangelios, y que Mateo y Lucas se valieron de él. Y que Juan sería el último de los Evangelios de acuerdo al orden cronológico, A fines del siglo I ya se había terminado la redacción del NT, con la posible excepción de Judas, 2  de Pedro y las cartas de a Tito y Timoteo. Independientemente de sus fechas de origen, en     natural que los Evangelios ocupen el primer lugar en el NT; ya que relatan los comienzos del movimiento cristiano.

El motivo de los cuatro Evangelios nos resulta evidente, ya que cada autor se enfocó en las necesidades de un grupo distinto de individuos. Varias alusiones de la historia antigua nos dicen que Marcos preservó la predicación de de Pedro a los romanos. Mateo se valió de un enfoque atrayente para los judíos. Cuando Lucas escribió, tuvo en cuanta a un amigo que tenía un concepto griego de la vida. La tradición más antigua relaciona a Juan con el pueblo de Asia Menor.

UN PROPOSITO COMUN

Es importante destacar, que cada uno de los autores de los evangelios escribió para un público diferente, es obvio que todos tuvieron un objetivo común; mostrar que Jesús era Dios y hombre a la vez. Mientras Juan incluyó discursos sobre la relación de Jesús con su Padre. Marcos se basó ante todo en los milagros de Jesús. Mateo y Lucas comenzaron sus relatos describiendo el nacimiento, con el propósito de indicar la naturaleza divina del hijo de María. Así como la mayoría de los grandes hombres de la historia, Jesús no se hizo famoso basado en las circunstancias de su nacimiento. Tenía treinta años cuando Juan el Bautista pronuncio sus primeras palabras diciendo “He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” Es notorio que las palabras y obras de Jesús atrajeron a multitudes, solo unos pocos le prometieron seriamente obediencia. Antes de su ascensión, no eran muchos los que realmente se consagraron a El completamente.

Las historias que vinculan al nacimiento de Jesús tendían a proclamar que había nacido un hijo de Dios. Por otro lado decían que el niño era hijo de hombre. En casi cada párrafo  había tanto de la debilidad humana, así como de la gloria divina. La joven pareja de José y María tuvo que escoger entre es deseo de permanecer juntos y el decreto de un gobernante cruel y despiadado. Antes de separarse de su esposo, a punto de ser madre, arriesgo, casi despreocupadamente, el duro viaje hasta Belén. Como nadie quería darle albergue a una mujer embarazada, la joven pareja se vio obligada a buscar refugio en el establo de una posada del pueblo. Así fue como el establo se convirtió en una sala de parto, así como en la actualidad, las cuevas y las cocinas y salas, calles, automóviles, siguen sirviendo en salas de partos a los muchos pobres que viven en grandes ciudades de nuestro mundo, para vergüenza de muchos gobernantes. Es posible que las persecuciones y la dura vida cotidiana ayudaron a oscurecer el pasado; a medida que el niño crecía y aprendía el oficio el oficio de su padre en poblado de Nazaret.

LA GRAN DUALIDAD

Está es la forma tradicional en que la iglesia confiesa a Cristo “Verdadero Dios…Verdadero hombre”  La frase está acorde con todo el mensaje de Biblia. Muy a pesar de la miseria y el pecado que veían a su alrededor, los autores bíblicos se negaron rotundamente a eliminar la humanidad como cosa despreciable. Igualmente reconocían que el hombre no había sido creado para poder obrar totalmente por su propia cuenta. Y que jamás llegaría  por sus propios méritos a ser lo que Dios quería que fuera. En Jesús se cumplieron los propósitos de Dios; el hombre y Dios se fundieron en una sola persona. Realmente, hacía falta una nueva humanidad. San Pablo y Juan hayan sido los que lo expresaron de una manera clara. El apóstol Pablo conocía muy bien la historia del Génesis. Remontándose al origen de toda la raza humana hasta Adán, Pablo describe al hombre; presentado que Adán vive en cada hombre, y que se le puede distinguir en el pecado y la muerte de todo ser humano (Romanos 5:12-14). Cristo compartió esta condenación. Sufrió al morir en la cruz, sino que también al aceptar la suerte de la humanidad  (Galatas  4:4). Al vivir Dios en un hombre, este lograba dominar el pecado y la muerte que antes no había conocido. De esta manera Pablo descubrió un nuevo fundamento para la vida  en la gracia y la misericordia de Dios, que había  habría traído a Cristo al mundo. Encontró nuevas fuerzas para vivir en el Espíritu de Cristo; también encontró una nueva liberación en el conocimiento de que el “antiguo yo” que compartíamos con Adán estaba destinado a morir, y que la nueva vida sólo dependía del nacimiento  de “un yo” que  viviera por medio de la fe en Cristo, Similarmente en el evangelio de  Juan comienza haciendo alusión al poder creador de Cristo, de tal manera como si Dios rehiciera su obra (Juan 1:1-5)

“ELIAS PROMETIDO”

Entre las profecías que parecen en el AT, figuraban algunas que nos describen cómo sería la llegada de Dios a Israel. Malaquías  nos presenta un mensajero especial que vendría a purificar al pueblo. Marcos cita ambas profecías con el propósito de presentar a Juan el Bautista. Si bien Marcos sólo nos brinda una exposición breve del Bautista que exigía el arrepentimiento, bautizaba a aquellos que respondían a su mensaje. Su anuncio de un juicio venidero, sazonado por sus críticas a los líderes religiosos, así como sus diversas amonestaciones figuran en los evangelios de Mateo y Lucas.

El fogoso mensajero predicó en el desierto, cerca de la desembocadura del río Jordán, un territorio vinculado con el profeta Elías, el poderoso predicador. Es posible que la vestimenta de piel de camello que usaba Juan haya tenido por modelo la ropa de Elías, La significación de estos hechos, se centraba en la creencia popular de que Elías regresaría como señal de la llegada del Mesías. Su llamado al arrepentimiento era una evocación del tema central de los escritos proféticos que los judíos escuchaban en los oficios religiosos principalmente en las sinagogas. Jesús caracterizó a Juan como el último portavoz del AT (Mateo 11:1-19)

EL LLAMAMIENTO DE JESUS

Los padres de Juan eran personas ancianas cundo él nació; se especula que quedó huérfano en su adolescencia. Hay la posibilidad de fue adoptado por una comunidad  monástica situada en las márgenes del Mar Muerto. Excavándose  en los predios del monasterio, se descubrieron sus escritos en las cuevas adyacentes, sabemos que Juan coincidía  al menos en parte con las enseñanzas de Jesús. Pero, no sabemos nada concreto acerca de él, salvo por relato de los Evangelios. En estos leemos que Jesús y Juan se encontraron a orillas del Río Jordán, cuando Jesús le pidió que lo bautizara. Esta gloriosa experiencia constituye un punto decisivo en la vida de Jesús. Vio que el cielo se abría y el Espíritu Santo descendía sobre El en forma de paloma. Una voz del cielo pronunció las memorables palabras del Salmo “Tú eres mi Hijo amado” tan usadas para describir al rey mesiánico  del futuro. (Lucas 3:22).Mateo reproduce un breve diálogo entre Jesús y Juan (Mateo 3: 14-15).

Algún tiempo después de su bautismo Jesús, como todo creyente sincero, comenzó a prepararse para encarar el destino de su vida. Después del bautismo, llevado por el Espíritu de Dios, se fue al  desierto de Judea. Allí en las guaridas de los demonios, se enfrentó con Satanás nuestro gran adversario. Contemplando su llamado mesiánico recibido en su bautismo, El reconoció por lo menos tres esperanzas populares: a) el Mesías prepararía un gran banquete para el pueblo, b) descendería de una torre del Templo para establecer su autoridad; c) gobernaría a todo el mundo desde Jerusalén. Cada un de estas ideas tenía raíces en las promesas del AT.

Aquellas palabras del salmo en el  día de su bautismo se habían grabado en la mente de Jesús y ahora cedían su lugar a tentadoras ofertas de parte de su enemigo: “si eres Hijo de Dios…” Los tormentos del hambre en aquella inhóspita región le recordaron la promesa de un banquete celestial; Y rehusó  la posibilidad  de usar su poder de un “banquete celestial” para su propia satisfacción y con ello el deseo de acercase a las personas únicamente sobre la base de sus necesidades físicas. Después recordó la torre del Templo con la gran oportunidad que brindaba de probar los poderes los poderes sobrenaturales del Mesías. ¿Acaso no había prometido el Padre enviar protección de los  ángeles? La fe difícilmente resultaba compatible con el intento de probar las promesas de Dios, y el Mesías no quiso atraer a una gran multitud de “admiradores” como si fuera un mago. De una vez por todas,  Jesús; comprendió que el Mesías  jamás podría comprometerse con el mal. Cada una de las de las decisiones  de Jesús se basaron en pasajes de la ley no eran los reinos del mundo, sino más  bien una completa devoción a su Padre. “No sólo de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová. “No tentarás al Señor tu Dios…A Jehová tu Dios temerás, y al El sólo servirás, y por su nombre jurarás” (Deuteronomio 8:3; 6:16;13) El agua pura de una relación  de intimidad con su Padre Celestial lo hizo fuerte para encarar su ministerio, que estaba ligado al AT.

LA GRACIA COMO MINISTERIO

Es evidente que cada uno de los escritores de los evangelios organizó en forma diferente el material que tenía que ver con el ministerio de Jesús, por tanto resulta casi imposible tener una cronología exacta. Sin embargo, debemos tener en cuenta alguno hechos generales. Tal parece que fue la idea de Marcos, dividir el ministerio de Jesús en dos partes. En primer lugar describe las obras de Jesús en Galilea después de su bautismo y el enfrentamiento con Satanás. En segundo lugar se concentra  con los hechos que se produjeron  en Jerusalén durante la Semana Santa. Mateo y Lucas aceptaron este esquema bíblico, y lo adaptaron a sus propósitos. Mateo lo llevo a cabo como un plan general dentro del cual agrupó las enseñazas de Jesús en cinco unidades, de las cuales la más conocida fue el Sermón del Monte. Por su parte Lucas no repitió el contenido de Marcos 6: 47-8:26. En el punto en que Jesús abandonó Galilea para emprender su último viaje a Jerusalén. COE su parte Lucas insertó el relato que se encuentra en los capítulos 10-18. También Lucas dio a la iglesia algunas de las historias más hermosas de la Escritura. Éstas contienen las parábola del buen samaritano, y el hijo pródigo, la historia de la sanidad del mendigo ciego en las afueras de Jericó. En contraste con el evangelio de Juan, los llamados sinópticos, siguen por lo tanto un orden muy sencillo, Galilea, Berea, y Jerusalén.

LAS “SEÑALES” DE JESUS

El autor del Evangelio de Juan seleccionó solamente siete “señales” en las cuales organizo se Evangelio; tampoco utilizó el término “grandes obras” que utilizó Marcos, ya que éstas le interesaban menos que su significado. Un hecho importante, fue la alimentación de los cinco mil, que parecen en los cuatro Evangelios. En el capítulo 6 Juan relata una extensa conversación de Jesús y la una gran multitud sobre el pan de vida. El lamenta que las personas quisieran únicamente saciase con pan negándose a comprender esta señal. Al señalar a beber su sangre y comer su carne, no es literal, como lo enseña la   Iglesia Católica Romana, pero también esa comida debía entenderse de acuerdo a su significado espiritual  que se enseña en este versículo de Juan 6:63 “El espíritu es  el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” De la misma manera, la sanidad de un ciego proveyó la oportunidad para analizar la ceguera de aquel hombre con respecto a la obra de Dios en Jesús.  La resurrección de Lázaro sirvió de marco para un discurso sobre la vida eterna. El apóstol Juan no sólo vio una relación íntima entre las obras y el mensaje de Jesús, sino también se valió de esas obras para probar el fructífero ministerio de Jesús que ofrecía sustento, revelación y sobre todo, poder vivificante.

Tal parece que las multitudes que llegaban con el propósito de ser sanadas agobiaban al Maestro; de muy poco servía el ruego de que aquellos sanados no divulgasen lo que les había acontecido. Cuando Él buscaba la soledad para orar, las multitudes no lo dejaban en paz. Al predicar en Nazaret, sus conciudadanos  se quejaban que no había hecho señales como en otras regiones. Marcos nos dice las razones: “Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sano a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor enseñando” (Vs.5,6). En otra ocasión se negó a dar una señal en el cielo a aquellos que se pedían. Jesús  se sentía abrumado cuando las gentes se interesaban más en sus obras que en sus enseñanzas. Cuando los discípulos se alegaron por su habilidad para sanar, El les dijo: “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” (Lucas 10:20). Lucas escribe una historia que termina con una advertencia:”Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos”  (Lucas 16:31). Si prestamos atención a Jesús, los milagros no debían servir como base para la fe, sino que la fe tenía que ser el fundamento de los milagros. En este tiempo los milagros de Jesús siguen provocando las mismas interrogaciones. No podemos negar que los milagros siempre están envueltos en un manto de misterio, y por esa razón, constituyen pruebas de poco valor. Tenemos una manera mejor de considerar los milagros de Jesús consiste en examinarlos en función de lo nos dicen su ministerio de gracia,

EL MINISRERIO DE ENSEÑANZA DE JESUS

Es importante que cuando Jesús comenzó su ministerio de enseñanza, lo hizo en las sinagogas durante los días de reposo. Estos oficios estaban a cargo de los jefes de familias que habían organizado la congregación.  Al terminar las plegarias, los salmos y la lectura de la Ley y los profetas, era una costumbre invitar a un visitante o dignatario a que tomara la palabra. Jesús tenía la costumbre de adelantarse, leer un pasaje de algún profeta y luego hacía una cuidadosa explicación, basándose únicamente en el AT para dar autoridad a sus palabras. También utilizo las “señales” de Juan como método de enseñanza. Sin embargo, el contenido de su mensaje siguió siendo prácticamente el mismo. Su tema era poner énfasis en el arrepentimiento  y el reino de Dios. Unos pocos dichos de Jesús se conservan en Mateo, Marcos y Lucas; cada uno de los evangelistas hizo uso de materiales que los demás no incluyeron.

UN NUEVO ORDEN DE VIDA

Al reconocer que el arrepentimiento conduce a una nuevo orden de vida, que hallaremos reflejado en las enseñanzas de Jesús. En tanto que aumentaba su popularidad algunas personas que no seguían sus practicas por considerarlas propias de un judío piadoso. El parecía despreocuparse deliberadamente del ayuno, del respeto al día de reposo y del lavamiento ritual. Más sin embargo, cuando algunas personas les formulaban preguntas o se le criticaba, siempre daba una respuesta que muy valiosa en relación con la vida religiosa. No es menos cierto que Jesús consideraba al AT con el mismo respeto que cualquier judío de su época, eso no impedía que perforara la hipocresía de los judíos de su tiempo.

Se habían acumulados los debates  en cuanto al significado de la ley ¿Qué significaba trabajar el día de reposo? ¿Podía una persona preparar una comida? Sí, pero no debía cosechar trigo o manejar un molino. Pero los discípulos de Jesús habían hecho ambas cosas. ¿Se podía salvar una vida? Sí, en caso de emergencia, pero no se podían administrar cuidado médicos corrientes que fuera posible dar en cualquier otro día. Sin embargo Jesús sanó en el día de reposo. Jesús respondió a ese cuestionamiento cuando dijo: “También El dijo: el día de reposo fue hacho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo” (Marcos 2:27). Si una regla no satisfacía los mejores intereses de las personas, había que modificarla.

Así mismo Jesús se negó a obedecer las reglas de la purificación cuando dijo:” Todo lo de afuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina…Porque de dentro,  del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia. La maledicencia, la soberbia, la insensatez” (Marcos 7:18-19,21-22). Jesús aconsejaba tanto el ayuno, como las limosnas y las oraciones se hicieran “secretamente”. Sus palabras apuntaban en tres direcciones. En primer lugar, no debían esperar en público para expresar las devociones a Dios. Además, no había que considerar que el despliegue exterior era la esencia de la religión y en tercer lugar, el orgullo en cualquier tipo de una actividad religiosa destruía la comunión de la adoración en la compañía de hermanos en la fe y consecuentemente, la comunión con Dios. Tampoco trato de abolir el culto formal. Siempre asistió a la sinagoga local y celebró las fiestas en el Templo.

También enseñó a pulir las actividades con las cuales un individuo afectaba a otra, y de la misma mente describió a las personas como si estas vivieran bajo tales exigencias de parte de Dios que nadie podía considerarse como perfectamente obediente. En ninguna parte esto está tan claro como lo que aconsejó cuando dijo: “Oísteis que dicho a los antiguos” (Mateo 5:21) Y luego agregaba: “pero yo os digo”  en el cual razonablemente ofrecía un juicio que acusaba a todos sin ninguna distinción. La ira es asesinato. La mirada lujuriosa y el divorcio son adulterio. El jurar es perjurio. En lugar de una justicia de “ojo por ojo” la persona debe practicar la gracia de “volver la otra mejilla”, la generosidad de “dejar la capa junto con la túnica” la paciencia de”andar la segunda milla”. De acuerdo con esas normas, nadie está libre de culpa. Por tanto el apóstol Pablo siguiendo esa línea de pensamiento dijo: “…judíos y gentiles…todos están bajo pecado” Como está escrito: “No hay justo, ni aun uno”  (Romanos 3:9-10).

Jesús se niega a mantenerse alejado de cualquier grupo o persona que necesitara su ayuda tanto como le prestara oídos a sus enseñanzas. Tales como a recaudadores de impuestos con los cuales comió en más de una ocasión; también aceptó el homenaje de una prostituta, y al mismo tiempo se le vio en compañía de personas conocidas por su vida de pecados. Juan nos informa que  El llegó a ignorar un prejuicio judío que se remontaba hasta Nehemías, cuando viajó a Samaria y conversó con una samaritana. Jesús llegó hasta justificar esas relaciones basándose  en sus ingeniosas parábolas, que se conservan en Lucas. Un publicano conoció la gracia de Dios al confesar su pecado, en tanto que un fariseo orgulloso de su propia rectitud fue condenado. Un samaritano fue el único que le prestó ayuda a un hombre que había sido asaltado y herido, cuando pararon ante él un sacerdote y un levita. Así como un pastor deja noventa y nueve ovejas sin peligro para ir en busca de una que se había perdido, y así como un ama de casa limpia toda su casa para encontrar una moneda perdida. Un hijo que se aleja del hogar de su padre, llega a comprender cuán poco ha merecido el amor de aquél, en tanto que su hermano, que se apoya en su propia bondad, siente envidia del pródigo  arrepentido y desprecia el perdón de Dios. Cuando hacemos generalizaciones de este tipo no debemos olvidar la profunda comprensión que Jesús tenía del pecado.

EL REINO

El medio con el cual Jesús contó para describir el reino de Dios, fueron las parábolas. Sin embargo, el término “reino” podemos interpretarlo de varias maneras. Cada una de las parábolas nos revela una de sus características. En el evangelio de Mateo Jesús comenzó con la historia del sembrador cuyas semillas cayeron en cuatro clases de terreno de los cuales sólo uno era fértil. Jesús sabía que sólo unos pocos responderían a su llamado; la gente estaba más interesada en sus milagros que en sus enseñanzas. Veamos lo que nos dice en Marcos 4:11-12: “Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, no vean y no perciban; oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados” Aquí Jesús describe con mucha tristeza la         perversidad del ser humano. Las enseñanzas  de las parábolas obligaban, por tanto, a las personas, a decidirse a favor o en contra del reino. Marcos 4: 26-27; 31-32 nos indica que aunque la tarea del sembrador parezca inútil en un principio, da el resultado que Dios desea y produce. Con esta fe Jesús prosiguió su obra y nosotros sus hijos seguiremos en la misma tarea. Todas las parábolas del reino que figuran en Marcos pueden encontrarlas en Mateo, además de otras que describen aspectos adicionales del reino de Dios. En una  de ellas se reconoce que el reino de encuentran hombre buenos y malos. Otra afirma que el reino es  lo más valioso que una persona puede encontrar.

Es interesante que Jesús pasó por alto los sueños populares de la abundancia material que muchos suponían que acompañaría al reino. En cambio, hablo de atesorar riquezas en el cielo, de la imposibilidad de servir a Dios y al dinero. ¿Qué dirán los falsos maestros de la prosperidad? En una parábola habla de una hombre rico que fue a parar al infierno, en tanto que el mendigo que había subsistido gracias a las migajas que caían de la mesa del hombre rico fue a parar en la compañía de los insignes fundadores del pueblo escogido por Dios También otro rico se dispuso a descansar, con la intención de todo aquello que había acumulado, sólo para morir entes de poderlo hacer. “Jesús sabía que la vida de la persona consiste en algo más que las posesiones que posean”

No incluyó tampoco  dentro de sus enseñazas acerca del reino de Dios el ya trillado tema del “honor nacional” repitiendo las palabras “Dad al césar lo que es del césar”; exhortó a pagar los impuestos al Imperio Romano.

Al reflexionar Jesús, sobre el rechazo de que era objeto de parte de los judíos, El anunció que las personas entrarían al reino desde los cuatro rincones del mundo, mientras aquellos que habían oído la promesa en primer término, los judíos, serían los últimos en entrar, Recordemos que el centro de sus enseñanzas acerca del reino figuraba en primer lugar ser leales al Señor del reino. La parábola de los talentos, Jesús habla de personas que invertían el dinero de su Señor en beneficio de éste antes que en su propio provecho. En otras enseñanzas hizo hincapié sobre la exigencia de meditar bien el precio del discipulado de un compromiso total y que la idea de alimentar a los hambrientos y vestir a aquellos  que estaban desnudos sus  fieles servían a su  Señor. Por otro lado,  el evangelio de Juan no contiene parábolas o referencias al reino de Dios. Por lo tanto el evangelista empleó el término “vida eterna” para describir la vida que se vive en intima comunión con Dios.

LO QUE LLEVO A CRISTO A LA CRUZ

La comprensión del significado de la obra de Dios en Jesús que tiene para la humanidad en este momento requiere una comprensión renovada. Para poder comprender las Sagradas Escrituras nos hace falta un cuadro ilustrativo de los hachos acontecidos que llevaron a Jesús a la cruz y a Su muerte vicaría. Pero al mismo tiempo debemos ver de qué  manera el AT dio sentido a los sufrimientos y crucifixión de nuestro Señor. En Cristo Dios hacía frente al pecado y al mal que desde el mismo principio habían “frustrado” su esfuerzo creador.

Es muy posible que nadie podría haber pintado un lienzo de Jesús si hubiera esperado que se estuviera quieto para poder posar. El estuvo demasiado activo. Si intentamos aislar sus milagros o sus sabias enseñanzas podría llevarnos a olvidar que sanó y habló a personas como nosotros. Si bien El predicó en las sinagogas, los Evangelios nos describen ante todo sus respuestas que buscaron su ayuda. El se enfrentó constantemente a personas muy afligidas y a decisiones críticas. Un encuentro con Jesús muchas veces implicaba la diferencia entre la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, el perdón y la condenación, la disposición y la confusión. Gracias a Dios que toda la existencia humana alcanzó un brillo nuevo a la luz de aquel que dijo “Yo soy la luz del mundo”.

NUESTRO SEÑOR EXIGIA DECISION

Los evangelios reflejan el carácter decisivo de los encuentros entre Jesús y las personas. De estos, dos de los más sonados aparecen en los primeros capítulos del evangelio de Juan. Aparecen Nicodemo, un principal de los judíos, que consideraba a Jesús como un gran maestro y lo llamo “Rabí”, y una mujer samaritana de vida disoluta que sabía muy poco de cuestiones religiosas  Es sorprendente que Jesús dijo al respetable ciudadano que tenía que renacer, y a la mujer pecadora,  descubrió que tan sólo con haberlo pedido, Jesús le hubiera dado “el agua de vida”.

No sólo Nicodemo sino la mujer samaritana tuvieron que tomar una decisión al mensaje de Jesús. Él les ayudó a ver qué significado tendría esta decisión a la luz de sus situaciones particulares. Otros desafíos incluyen al joven  rico. Zaqueo, el cobrador de impuestos se sintió impulsado a devolver lo que había ganado por medio de fraudes  y a entregar la mitad el 50 % a los pobres. Marta, afligida por lo quehaceres domésticos, criticó a su hermana María por haberse detenido para escuchar a Jesús.

EL MESIAS Y LOS DOCE

Los doce no sólo acompañaron a Jesús en sus viajes, sino que también fueron enviados en parejas con la misión de enseñar, predicar y sanar los enfermos. En todos esos viajes dependían de la hospitalidad que aquellos que estaban dispuestos a brindarles el  sostén. La dureza de su vida tuvo reflejo en la respuesta de Jesús a escriba que quería unirse a ellos. “Las zorras tienen guarida, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” (Lucas 9:58) Tanto Jesús como sus discípulos predicaban el arrepentimiento como preparación para el reino de Dios, Sin embargo, no sabemos cuando comenzaron a creer que Jesús era el Mesías. No podemos olvidar que en los comienzos de su ministerio, su fama de predicador y sanador comenzó a perjudicar su misión. Sus ataques contra la casta sacerdotal se sintieron desconcertados por las parábolas que imponían una exigencia personal a cada creyente. Muchos de ellos se reunían a su alrededor pidiéndole que hiciera milagros. El alcanzó la cúspide  de su popularidad cuando alimentó a cinco mil. Esa era la enseñanza del pueblo para que reconociera al Mesías precisamente por un banquete semejante.

Jesús se denominaba el Hijo del Hombre, un término judío para designar a todo ser humano. Cuando El decía: “El Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados” o “El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo”, es muy probable que su auditorio pensaba que quería decir que cualquier creyente tenía autoridad en cuestiones semejantes. Los discípulos no comprendían por qué Jesús daba preferencia a ese término. En respuesta a la pregunta de Jesús acerca de su propia identidad, Pedro respondió en de una manera que reflejaba una firme confianza: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”Por supuesto Jesús aceptó esa revelación. De la misma manera sacó partido del nombre de aquel discípulo. Pedro en hebreo significa roca (Cephas). Jesús habló de la confesión de Pedro como de la roca sobre la cual edificaría Su iglesia (16:16-18).

El Cristo recién aclamado respondió extrañamente. Le ordenó a sus discípulos que no revelaran su condición de Mesías. Acto seguido describió su actividad mesiánica como un llamado a sufrir y morir como el Hijo del Hombre antes de exaltado. Esto resultó algo increíble para sus discípulos, Pedro rechazó la sugerencia con tanta vehemencia que Jesús lo increpó diciendo: “¡Quítate delante de mí, Satanás; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en la de los hombres.” Evitar el sufrimiento y la muerte era una tentación a la que Jesús hizo frente, y rechazó, al final.

SIGUE AUMENTANDO LA OPOSICION

Mientras los discípulos discutían quién de ellos era el más grande, y cómo podrían obtener lugares de privilegio en el reino, sus enemigos están tramando su muerte. Durante su ministerio terrenal, Jesús ganó tantos enemigos como amigos. En los días iniciales de su ministerio y después de haber sanado a un hombre en el día de reposo, y poniendo en tela de juicio sus restricciones, algunos fariseos comenzaron a planear su eliminación. Cuando El comenzó a perdonar pecados, creyeron que podrían acusarle de algo; por supuesto, el perdón era algo que correspondía a Dios y la usurpación de los derechos divinos era sin ligar a duda, una blasfemia, o sea, un crimen por el cual un tribunal judío podía juzgar y castigar a una persona. Por su parte el evangelio de Juan destaca claramente el crecimiento de la oposición, pero al mismo tiempo los demás evangelistas señalan que Jesús no  hizo gesto alguno para congraciarse con sus enemigos; al contrario siguió diciendo que los fariseos eran “una generación adultera”, “sepulcros blanqueados”. codiciosos, injustos, y maduros para el juicio de Dios.

LA ENTRADA TRIUNFAL EN JERUSALEN

La última etapa de su ministerio se inició en Jerusalén. Jesús se había propuesto proclamar su carácter mesiánico con el propósito de atraer a las multitudes que estaban reunidas para la celebración de la pascua. Estaba llevando a cabo el cumplimiento de una profecía dada en el AT, acerca del Mesías. En Zacarías 9:9 que dice: “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; ha aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna” No el caballo, animal de batalla ni tampoco el despliegue pomposo, sino la modesta bestia de trabajo diario caracterizaba al reino del pueblo de Dios.

Una vez en Jerusalén, Jesús de dirigió al Templo. Como una señal de protesta contra el regateo de los animales para el sacrificio y las discusiones  sobre el tipo de cambio del sistema monetario que se hacían en el templo derribó algunos mostradores en el sitio exterior e hizo huir a los mercaderes que habían  convertido “El atar en mostrador” El explicó su acción con las palabras del profeta: “Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos”

EL SIGNIFICADO DE SU MUERTE

Recordamos la última cena de Jesús con sus discípulos ante todo por una nueva práctica que ge instituida, que presentó la comprensión necesaria del significado de la muerte del Hijo de Dios. Cuando pasó el pan, dijo: “Este es mi cuerpo”. Al distribuir la copa de vino mezclado con agua, añadió: “Esto es mi sangre del nuevo pacto”. La alusión de Jesús a la sangre del pacto recordaba el pacto de Moisés, en el que se había vertido sangre sobre el altar y los presentes, para simbolizar su paz con Dios. El Evangelio de Juan, no contiene una explicación paralela de la Santa Comunión, aunque algunos expertos las relacionan con las palabras de Jesús de que El era el pan de vida en Juan capítulo 6. La idea de la expiación alcanzó un significado especial en las meditaciones del NT debido a ciertos pasajes del AT, como por ejemplo, Isaías 53. Los evangelios no dicen que Jesús haya citado esos versículos, pero es indudable que los utilizó para interpretar su función Mesiánica, y la iglesia primitiva se basó en gran parte sobre ellos para dar una explicación sobre la muerte de  Jesús. Es obvió que el NT contiene otras ideas que expresan el significado de la obra de Cristo. Por ejemplo, Pablo consideró a Cristo como aquel que llevó sobre sí los pecados de toda la humanidad. Aunque las personas eran esclavos del pecado, la muerte de Cristo los libró, porque el poder del pecado no podía sobrevivir a la muerte. Los infinitos elementos del sufrimiento de Jesús son una demostración cuán completa fue su identificación con toda la humanidad.

SUS ULTIMAS HORAS

Durante su última semana, Jesús tuvo tiempo para enseñar en el Templo de día, y de noche acampaba en las colinas vecinas, Después de la Ultima Cena dirigió sus pasos al Huerto de Getsemaní en las laderas del Monte de los Olivos. En ese lugar experimentó la agonía de un sufrimiento anunciado, fortalecido sólo por su fidelidad a la voluntad de Dios. Allí ocurrió el aresto.

Primero lo llevaron ante Anás, su yerno Caifás dirigió el juicio  ante el Sanedrín. Como afirmó ser el Hijo de Dios, se declaró a Jesús culpable de blasfemia  condenándole a muerte. Como las autoridades judías carecían de autoridad para llevar a cabo su ejecución, enviaron a Jesús ante Pilatos, los cargos contra Jesús eran de traición, pero Pilatos, envió al prisionero a Herodes Antipas, que se encontraba en Jerusalén  con motivo de las festividades. Por su parte Herodes se limitó a devolverlo. Tras una serie de formalismos  los soldados romanos sacaron a Jesús de la ciudad y lo llevaron al lugar de la ejecución  que se llamaba “La Calavera”. Y en latín “Calvario”.

Las últimas horas de Jesús, descritas en los cuatro Evangelios, muestra un triste cuadro de la humanidad. Mientras El agonizaba en Getsemaní, sus “más fieles amigos” dormían. El traidor Judas lo identificó ante los soldados con un beso. El testimonio de los “testigos” era perjurio. Mientras los funcionarios de la orgullosa Roma reemplazaban la conveniencia por la justicia. Por su parte Herodes  lo trató como si fuera una criatura extraña. Mientras los soldados le llenaban de improperios y escupitajos. Las multitudes escogieron a Barrabas, un criminal, con motivo de la acostumbrada liberación de un prisionero durante la pascua y gritaron a Pilatos respecto a Jesús “crucifícale, crucifícale” La ejecución pronto se transformo en un espectáculo público, y Jesús soportó las burlas de la turba. La experiencia de Jesús en la cruz fue descrita brevemente. Oro por sus perseguidores, consoló a un prisionero  que moría a su lado, encomendó a su madre al discípulo amado que lloraba con ella. La muerte le sobrevino cuando oraba al Padre.

LA EXALTACION DE CRISTO

Jesús fue enterrado antes de la puesta del sol en vísperas del día de reposo. En un sepulcro donado por José de Arimatea. Después, en la mañana del domingo, varias dijeres se dirigieron a la tumba con el propósito de aplicar perfumes y ungüentos al cadáver. Pero en su lugar encontraron un mensajero celestial que lea anuncio la resurrección. Todos los evangelios terminan con el relato de la resurrección y apariciones de Jesús.

Para los discípulos de Jesús su resurrección fue algo más que el regreso de un amigo a quien no esperaban volver a ver jamás. Ellos habían creído que era el Mesías, pero su fe se había visto sacudida hasta sus cimientos..

Al principio del libro de los Hechos se nos dice que las apariciones de Jesús ante sus discípulos se prolongaron por cuarenta días. Después se produjo su ascensión para demostrar que reinaría con Dios. Las constantes referencias en los Salmos que habían descrito al rey entronizado a la diestra de Dios, el asiento del poder, Después de su Ascensión, las antiguas palabras se aplicaron a Jesús con un significado nuevo.

LA EPOCA APOSTÓLICA

En ningún lugar de la Biblia se menciona que Pedro o alguno de los otros apóstoles, cuando eran ancianos, se sentaron con sus nietos a contarle la historia de la Iglesia cristiana. Pero si se contaron historias como estas, que finalmente, fueron reunidas en la libro de los Hechos de las Apóstoles. Escrito por Lucas

En el capítulo 2 del libro de los Hechos se relata lo que ocurrió el día de Pentecostés. Los discípulos sintieron el soplar de un viento recio y el contacto con llamas de fuego. En esa oportunidad experimentaron un cambio notable, Sintieron u deseo de predicar la palabra y ahora proclamaban  abiertamente el glorioso evangelio.

Mas tarde cuando Pablo vio que un número mayor de los gentiles se convertían al cristianismo que de los mismos judíos, se lamentó de que sus compatriotas fueran cercenados del tronco del tronco del pueblo de Dios. El pueblo de Dios tendría carácter universal, una verdadera iglesia, ya que el único lazo que los unía era una fe común. DE esta manera la iglesia se convirtió en el auténtico heredero del Antiguo Testamento, la verdadera continuación del pueblo de Dios o sea el “nuevo Israel” Según el apóstol Pedro, podemos rastrear el origen de la iglesia cristiana tanto en las raíces del antiguo Israel como en las nuevas obras de Dios, en la resurrección de Cristo y en la venida del Espíritu Santo, En aquella ocasión las personas recibieron el poder del E.S.,  para cumplir la tarea que le fue asignada al naciente pueblo de Dios.

LA IGLESIA DEL NUEVO TESTAMENTO

El poderoso sermón de Pedro registrado en Hechos capítulo 2 y que terminó con un llamamiento a confesar “que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le hecho Señor Y Cristo”; Ésta obra de Dios sólo admitía una respuesta. Sus oyentes debían arrepentirse  y bautizarse en el nombre de  Jesucristo, para el perdón de sus pecados    con el fin de recibir el Espíritu Santo. Después Pablo describió al Bautismo como la manera de tomar parte en la muerte y resurrección de Cristo “morimos al pecado” al participar en su resurrección recibimos nueva vida a fin de “vivir para Dios”.

La doctrina apostólica era idéntica a las lecciones que aprendieron en el sermón de Pedro. La comunión constituya una cualidad menos tangible. El partimiento del pan era una expresión de Lucas para designar la Cena del Señor. Las oraciones, incluyendo los salmos, ocupaban un lugar prominente en las sinagogas. Unidos en estas cuatro formas, los creyentes formaron “un pueblo de Dios” tan real como el que había creado el antiguo pacto.

Los sufrimientos de la iglesia primitiva, así como sus ministerios de sanidades y enseñanza fueron la prolongación de la vida y obra de Jesús.

LA LABOR MISIONERA DE PABLO

El Nuevo Testamento, relata que Pablo es la figura dominante en el panorama misionero, aventajando a todos, incluso a Pedro. La técnica adoptada que fue adoptada por los primeros misioneros refleja un esfuerzo constante por relacionar su mensaje con el judaísmo. Cuando llegaban a una ciudad, solían asistir a la sinagoga local haciendo uso del privilegio de tomar la palabra que se otorgaba a un maestro. Este era una buena oportunidad para presentar a Cristo y su doctrina como el cumplimiento del Antiguo Testamento. Tarde o temprano, en cada ciudad, los gentiles asistían a los servicios. Si el mensaje cristiano ya no era motivo de divisiones en las sinagogas, sí era la presencia de los gentiles, y así los predicadores se vieron obligados a buscar  nuevos lugares para la predicación y la enseñanza.

El apóstol Pablo se detuvo primeramente en Filipos, donde predicó su primer sermón en Europa  a orillas de un río en las afueras de la ciudad.. Después visitó Tesalónica y Berea. Después viajó hacia el sur en dirección a Atenas. Después de visitar Jerusalén y Antioquia, Pablo volvió a recorrer Falacia. En esta última Pablo fue agredido y arrestado cuando su presencia  en el Templo produjo un motín. El libro de los Hechos concluye sin mencionar cuál fue la suerte de Pablo.

Sin lugar a duda, la epístola a los Gálatas constituye un buen ejemplo de escritos del apóstol Pablo que no obraba guiado por impulsos humanos sino por la devoción a Cristo. Pablo se basaba en sus propios orígenes  judaicos y sobre todo es estudio de la ley, relató cómo fue apartado del judaísmo por una revelación especial de Cristo en el camino a Damasco. Nadie le había enseñado el evangelio, ni tampoco consultó con nadie en los años que siguieron a su encuentro con Cristo ene. Camino hacia Damasco. Como resultado de su inteligente razonamiento, Pablo insistió en que la iglesia no podía exigir la circuncisión de los gentiles.

LAS OTRAS EPISTOLAS DE PABLO

Los problemas del apóstol Pablo no terminaron cuando se aplacó el furor en Galacia. Otras congregaciones  tenían problemas.  Las epístolas a los Tesalonicenses nos muestran la preocupación de Pablo por los pequeños grupos de creyentes que dejaba detrás. Después de escapar a la persecución en Tesalónica, apenas llego a Atenas envió de regreso a sus compañeros de viaje para asegurarse que la joven iglesia todo estaba bien. Durante su estadía en Efebo se desencadenó un serie de problemas en la congregación de Corinto. En su primera carta Pablo se ocupó un por uno. Además lucho para logra la armonía entre los grupos en pugna, destacando la unidad esencial de la iglesia. En tanto uno de los miembros que se había transformado en  un inmoral a la vista de todos, Pablo aconsejó  su excomunión para que se arrepintiera. Este primera carta a la iglesia dio lugar a una poderosa reacción que Pablo tubo que defenderse enviando una segunda epístola. Al concluir su labor en Efebo, Pablo envió una carta a los creyentes en Roma. El ella basaba su fe en Cristo como el único medio para que los gentiles o judíos conocieran la justicia y llegaran a Dios.

La congregación de Coloca, cerca d Efebo le pidió un consejo, Algunos miembros estaban tratando de adaptar al cristianismo  las ideas filosóficas del momento, Creían que se debía honrar a ciertas potencias cósmicas junto a Cristo, que la adoración y la vida cristiana se podían “enriquecer” adoptando prácticas de disciplina y ceremonias mágicas. También devolvió un esclavo fugitivo a un miembro de la iglesia de Colosas. Con el esclavo iba una nota. En la misma Pablo ignoraba el derecho legal de un propietario de ejecutar a un fugitivo y solicitó al amo, que recibiera al esclavo como si fuera su misma persona. Durante la prisión del apóstol Pablo, sucede un momento feliz, la recepción de un regalo de la iglesia de Filipos. Es una carta de reconocimiento, el apóstol desnudó su corazón ante el juicio inminente. Ante él se preparaba la absolución o la condena, la vida o la muerte. Proclamando la necesidad de una devoción absoluta a la disciplina.

OTRAS EPISTOLAS POSTERIORES

Las restantes epístolas del N T. han promovido disputas sobre  su paternidad literaria. Parte del problema era que en la antigüedad un discípulos escribía en nombre de un maestro. Esta cuestión se plantea en relación con las tres cartas denominadas pastorales (1,2 Timoteo, y Tito). Estas talvez se orinaron en notas que Pablo enviara a sus colaboradores Timoteo y Tito. Pero sin embargo, buena parte de los consejos se refieren a problemas existentes en la iglesia de la primera mitad del siglo II. Por otra parte la tradición de atribuir a Pablo la epístola a los hebreos no se originó en ninguna referencia clara dentro del texto, sino en la desafortunada conjetura de un sabio antiguo. El empleo del nombre “hebreos” parece reflejar el tema de la carta antes que su destino. Uno de los propósitos principales del autor era demostrar que Cristo reemplazó al sacerdocio y al culto sacrificial de los judíos. Se hace evidente que varias epístolas no se relacionan con Pablo. Por ejemplo; la de Santiago trató de corregir la interpretación errónea respecto a la doctrina paulina de la justificación por la fe. Santiago desafió a aquellos que sostenían que Pablo había enseñado a los creyentes que ignoraran las buenas obras: “muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras” (2:18). Los paralelos con las enseñanzas de Jesús han llevado a algunos investigadores a pensar que el autor podría haber sido Jacobo, el hermano de Huesos. Este fue pastor de la iglesia de Jerusalén, y mártir poco después del año 60 d.C.

Llegamos ahora a las tres epístolas atribuidas a Juan, tanto el lenguaje como las ideas de la primera tienen mucha semejanza con el evangelio del mismo apóstol que los dos escritos deben ser el producto del mismo autor. Por otra parte la primera epístola de Pedro es un vivo ejemplo de un escrito del N T, producido a fines del siglo I, En esta primera carta Pedro la dirige a los creyentes de Asia Menor que estaban padeciendo muchas persecuciones.   En la disputa entre el gobierno y el cristianismo, el creyente tenía que tener muy claras la noción con las dos fuerzas oponentes, Pedro concluye que: “Dais testimonio no sólo muriendo por vuestra fe, sino también viviendo por ella”. En la segunda carta muchos han sugerido que no fue Pedro su  autor, sino alguna otra persona después del año 80 dic. En primer lugar hay diferencia de estilo, en segundo lugar parece que depende de Ruadas; y en tercer lugar por la mención de la colección completa de las epístolas de Pablo. “…como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría qu le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas, entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición”  (2 Pedro 3:15-16). La costumbre de usar un secretario, o no pudo haber influido en las diferencias de estilo, y no tenemos razón para desechar que Pedro fue se autor. La carta fue escrita poco antes de que fuera martirizado en año 67, y lo más probable, desde Roma. Encontramos que Judas se identifica a sí mismo como hermano de Jacobo o Santiago, Y la carta fue escrita con el propósito  de defender la fe apostólica contra las falsas enseñanzas que estaban surgiendo en las iglesias. Desde el comienzo las iglesias  han tenido que defenderse de las falsas enseñanzas y hasta el día de hoy, seguimos haciéndolo, y lo seguiremos haciendo, Finalmente le llega el turno al libro de Apocalipsis, según el libro mismo el autor es Juan el apóstol el hijo de Zebedeo. Que el estilo de este libro sea diferente del evangelio y de las tres cartas de Juan, no demuestra que  Apocalipsis haya sido escrito por un Juan diferente.

RESUMIENDO

Llegamos al fin de la “época apostólica” y descubrimos que la iglesia que comenzó como un gran despertar bajo el poder del Espíritu Santo se había convertido e una organización mundial, basados en las sagradas Escrituras, fortalecida y equipada para encarar su misión  de carácter mundial con el mandamiento de: “…Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”  (Mateo 28:19-20)

Versión de Ramón R. Herrera

(Textos bíblico tomados de la Biblia Reina Valera 1960)

Terminado en 9-12-2009.

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