En las Alas de la Fe: La Carta a los Romanos
Una aventura dinámica en la epístola a los Romanos
“Si la vida cristiana victoriosa es la meta de su vida. Entonces este estudio es para usted”.
INTRODUCCION
Para esta introducción transcribimos algunos versículos de la Escritura que a mi modo de ver, son los más notables de esta epístola, a modo muy personal.
«La fe de Abraham no se debilitó, aunque ya tenía casi cien años de edad y se daba cuenta de que tanto él como Sara morirían pronto, y eran demasiado viejos para tener hijos. No dudó ni desconfió de la promesa de Dios, sino que tuvo más fe y confianza. Alabó a Dios, plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete… Así pues, libre ya de la culpa gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio Señor Jesucristo…Nosotros ya hemos muerto respecto al pecado; ¿cómo, pues, podremos seguir viviendo en pecados?… Así también, ustedes, hermanos míos, mediante la muerte de Cristo han muerto con El a la ley, para pertenecer a otro esposo… Así pues, no hay ninguna condenación para los que están en Cristo… A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio, a ser como su Hijo, para que su Hijo fuera el mayor entre muchos hermanos, Y a los que destino desde un principio, también los llamó; y a los que llamó los declaró libres de culpa; les dio parte en su gloria… Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también junto con su Hijo, todas las cosas?..Así pues, la fe viene como resultado del oír, y lo que se oye es el mensaje de Cristo…Así que, hermanos míos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten ustedes mismos como ofrenda viva, consagrada a agradable a Dios. Este es el verdadero culto que deben ofrecer”(versión Dios habla hoy)
Romanos- 4.19-22; 5,1-6.2,7.4; 8.1; 29-30. 32; 10.17; 12.1
DOS PALABRAS
El propósito de este comentario es llevarle a través de esta epístola, darle la oportunidad de estudiar cada capítulo, para descubrir como encajan en la revelación total que Dios nos ha dado en Jesucristo, así como su obra redentora en la cruz del Calvario. Este estudio es breve, practico y muy especialmente preparado compartir con aquellos cristianos que les interese el estudio de la Palabra de Dios.
No tenemos ninguna otra pretensión. Si logramos que usted se interese en el estudio de la Biblia sincera y profundamente hemos logrado nuestro propósito. La mayor parte del ministerio de Cristo se lo dedicó a la enseñanza. El apóstol Pablo nos lo recomienda de esta manera…”aquellos que será idóneos para enseñar también a otros”. Este concepto esta basado en la idea de que…Si usted puede aprender también puede enseñar”. Sin más le llevaremos de la mano a estudiar la epístola a los Romanos. Que sea de mucha bendición para todos ustedes ¡BENDECIDOS!
ESCRITOR: El apóstol Pablo: “Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios …Pero os he escrito con atrevimiento sobre algunas cosas. Para así haceros recordar otra vez, por la gracia que me fue dada por Dios para ser ministro de Cristo Jesús a los gentiles; ministrando a manera de sacerdote el evangelio de Dios, a fin de que la ofrenda que hago de los gentiles sea aceptable, santificada por el Espíritu Santo” (Ro. 1.1; 15:15-56. V. B.L.A)
No tenemos ningún problema crítico en cuanto a quién escribió la epístola a los Romanos, aunque Marción en la iglesia primitiva, y Baur, uno de los modernos críticos han dudado su autenticidad. El apóstol Pablo documenta el Evangelio global a los gentiles ya que antes el rey Agripa el testificó de cómo fue comisionado por Dios.
“… Librándote del pueblo judío y de los gentiles a los cuales yo te envío, para que abras sus ojos a fin de que se vuelvan de la oscuridad a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, para que reciban, por la fe en mi el perdón de pecados y la herencia entra los que han sido santificados. Por consiguiente, Oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial” (Hechos 26: 17-17)
Pablo era completamente idóneo para este oficio, por razón de sus antecedentes, su educación y experiencia. Sus antecedentes forman una combinación muy notable. Su nacimiento judío, su lenguaje hebreo, su ciudadanía romana. Su educación judía y su cultura griega.
Pablo fundó todas las iglesias gentiles a las cuales dirigió sus epístolas con la excepción posible de la iglesia de Colosa y en Roma. Sus viajes por todo el imperio romano, y la obra del Espíritu Santo a través de él a los gentiles son factores adicionales a favor de Pablo.
“Porque aquel que obró eficazmente para Pedro en su apostolado a los de la circuncisión, también obró eficazmente para conmigo en mi apostolado a los gentiles, y el reconocer la gracia que se me ha había dado, Jacob, Pedro y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra de compañerismo, para que fuéramos a los gentiles y ellos a los de la circuncisión.” (Ge. 2:8-9)
La epístola a los romanos es una proclamación de Pablo del evangelio global. Es al mismo tiempo su defensa, su apología y su explicación del evangelio de la gracia. El propio Espíritu Santo le dio este mensaje.
FECHA: Invierno del año 56 d. Jesucristo.
LUGAR: Realmente, el la epístola a los romanos vemos que tan sólo se implica el lugar del destino, sino también el lugar de origen. Se puede expresar razonablemente y con toda seguridad que Pablo escribió desde Corinto en 56 d. Jesucristo. Algunas personas señalan claramente a Corinto como el lugar de dónde fue escrita esta epístola.
FUNDADOR DE LA IGLESIA EN ROMA
Pablo todavía no había visitado Roma cuando escribió esta carta. En ese sentido es diferente a todas las demás con la acepción posible de la epístola a los colosenses. Ningún apóstol había ido a Roma antes de que fuera Pablo. Evidentemente, Simón Pedro no la había visitado. La iglesia romana fue mayormente gentil, y Pedro no era apóstol a los gentiles (Galatas 2.7). El método de Pablo no era seguir a otro apóstol, y no es probable que habría de ir a Roma si otro apóstol le hubiera precedido. “De esta manera traté, y de ello me honro, de anunciar el evangelio, no donde Cristo era conocido, para no edificar sobre el fundamento de otro, sino como está escrito-Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de El verán, y los que no han oído, entenderán” (Romanos 15: 20-21)
TEMA:
El tema básico de Pablo es la justicia de Dios. Esta palabra “justo” se menciona unas cuarenta veces. Y se hace una especie de bosquejo. Cap. 1-7 se presenta la necesidad de la justicia. 3-8 la provisión de el Padre en Cristo. 9-11. El rechazo de Israel de la justicia de Dios y 12-16, como practicamos la justicia.
ROMANOS CAPITULO 1
Saludo 1:1-7
Todas las cartas de Pablo empiezan con el nombre del apóstol, con la acepción de Hebreos. Esa era la costumbre de la época. Pablo se identifica como siervo y apóstol y da toda la gloria a Dios, al decir que fue llamado por la gracia de Dios (v.5), separado para este ministerio (Hechos 13: 1-3).
Afirmando inmediatamente que su nimisterio, al cual llama el evangelio de Dios (v1). El evangelio de su Hijo (v.9) y el evangelio de Cristo (16). Afirma que son buenas noticias, no algo nuevo que él ha inventado sino que el AT prometía la venida, muerte y resurrección de Cristo (vease 1 Co. 15: 1-4)
Donde las Sagradas Escrituras obviamente significan los escritos del AT. Puesto que el NT apenas se empezaba a escribir. Cuando Pablo relaciona el AT, él apelaba a los creyentes judíos que leerían su carta.
El evangelio trata con Cristo, según la carne, un judío (v.3)., pero de acuerdo al poder de Dios a través de la resurrección, provocó ser el mismo Hijo de Dios (.4). Esto es una demostración de la deidad de Cristo, quien es el único que puede ser nuestro Mediador. El propósito del evangelio es traer a los escogidos a la obediencia de la fe (v.5).
Los versículos 6-7 muestra que iglesia de Roma que también ellos son escogidos por Cristo, no a ser apóstoles sino santos. Es glorioso que nuestro Padre Celestial nos llama amados y ha ser parte del pueblo santo.
Doble explicación ( 1: 8-17)
Pablo nos da una doble explicación: (1) La razón por que escribe (vv. 8-15) y también acerca de lo escribe (vv.16-17). Pablo por mucho tiempo tenía el deseo de visitar a Roma a causa del testimonio de los santos que era conocido en todo el Imperio Romano (v.8), y el deseo de Pablo lo muestra por tres razones (1) para establecerlos en la fe (v.11); (2) para que fueran una bendición para él (v12). (3) para tener alguna cosecha espiritual, que pudiera granar a otros gentiles para Cristo (v.13).
En los versículos 16-17 encontramos el tema de esta carta. El evangelio de Cristo revela la justicia que está basada en la fe y no en las obras, y que está disponible, no sólo para los judíos. Pablo también explica a los romanos como Dios puede ser justo y también el que justifica. Esto es hacer justo a los pecadores.
La necesidad de la justicia (1: 18 – 3:20)
Comenzamos esta sección de la carta, que trata del pecado. Los versículos finales del capítulo primero Pablo nos explica como los gentiles penetraron las terribles tinieblas que los rodean y como la ira de Dios se les ha revelado en su contra. Podemos notar los pasos decadentes en la historia de l os gentiles.
Conocieron a Dios (vv. 18-20). SE desprende de estos versículos que Dios les había dado una revelación doble de si mismo, la conciencia, y la creación (v. 19). Las personas no empezaron con ignorancia y creció gradualmente hasta un grado de inteligencia, revelación, poder y sabiduría y les dio la espalda a Dios se les reveló desde el mismo momento de la creación, de tal modo que los que nunca han escuchado el mensaje del evangelio no tienen excusa.
No honraron a Dios (vv. 21-23).Los razonamientos necios que hicieron las personas lo alejaron de la verdad e hicieron que se volvieran a la mentira, llenos de ingratitud, que resultó ignorancia. El próximo paso fue que cayeron en la idolatría, honrando a la criatura antes que el creador.
Cometieron acciones vergonzosas (vv. 24-25). La palabra clave, cambiaron, nos indica que reemplazaron la verdad de Dios por la mentira de Satanás, ¿Cuál mentira? Adorar a la criatura no al Creador y el resultado fue que Dios los abandonó, cometieron toda suerte de acciones vergonzosas, no solo hombre con hombre y mujeres con mijeres, y que sufren en su propio cuerpo el castigo de su perversión.
Rechazaron a Dios (vv 26-32). Toda estas personas tuvieron un claro conocimiento de Dios ( vv 19-21) y sobre todo el juicio sobre el pecado (v.v. 19-21 (v.32) así llegaron al más bajo nivel de su caída,. Tan bajo cayeron que ni siquiera querían el conocimiento de Dios
Estos fueron los trágicos resultados de su decadencia. (1) Dios los entrego a la inmundicia e idolatría (vv 24-25. (2) Dios los entrego a pasiones vergonzosas (vv. 26-27). Dios los entrego a una mente reprobada, v. 28ss . En otras palabras Dios los abandonó, fue el resultado de la ira de Dios (v/ 18).
ROMANOS CAPITULO 2
La imputación de Justicia 2:1-6;7-16
En 2:1 a 3 18 Pablo enfoca su luz sobre los judíos, y demuestra que están condenados como pecadores ante la presencia de dios. En 1: 20 afirma que los gentiles no tienen excusa, y ahora 2:1 afirma lo mismo para los judíos. Esto le cae como una pesada piedra a los privilegiados judíos. Ellos estaban seguros de que Dios los iba a tratar de un de una forma diferente a la que usa para tratar a los gentiles. Pablo dice NO, los judíos, están bajo la condenación e ira de Dios a causa de que los principios divinos del juicio y la ira de Dios son justos. En este capítulo Pablo destaca tras principios divinos de juicio que prueban que los judíos están tan condenados como los gentiles.
No tienen disculpa de acuerdo a la verdad de Dios (2:1-5). Me parece que cuando los judíos leían la acusación de Pablo a los gentiles en el primer capítulo, los judíos dijeron ¡se lo merecen! Pero el apóstol Pablo –dice tu hacer lo mismo que los gentiles y por esa razón te lo mereces- El juicio divino es según verdad (v.2) Parece que los tiempos no cambian, en los días de Pablo era fácil, como ahora, para personas condenar a otros, y tener los mismos pecados en sus vidas.
El juicio es de acuerdo a como viven las personas ( 2: 6-16). El pueblo judío pensaba que tenían una alta posición dentro del pueblo de Dios, y no se dieron cuenta de una cosa muy simple, que no es lo mismo el oidor de la ley y otra forma muy distinta es un hacedor (v.13). Estos versículos no dicen como ser salvos, sólo describen cómo juzga Dios a la humanidad de acuerdo a las obras que hayan hecho. Los versículos (7-8) no hablan acerca de las acciones ocasionales de una persona, sino del propósito total y la dirección general. Las personas no alcanzan la vida eterna por buscarla pacientemente, la alcanza gracias a le lección de Dios.
Estas frases muestran que Dios no acepción de personas. «Cada uno» (v.6) «para todo ser humano» (v.9) «a todos los que» (v.10). Preguntamos: ¿Dios es justo al juzgar así a las personas? Después de todo, el pueblo judío tenían la ley y los gentiles no. Tenemos que responder que sí, Dios es justo, así lo explican los versículos (9-20) Dios juzgará a las personas según la luz que han recibido.
El juicio es conforme al evangelio de Cristo (2” 17-19). Ya el apóstol Pablo ha mencionado dos veces «el día del juicio» (vv.5,16). Ahora afirma que este juicio será del corazón, ya que Dios revelará todos los secretos. En este juicio Cristo será el juez y el asunto será ¿Qué hiciste con el evangelio de Cristo?
Los judíos se llenaban la boca a causa de sus privilegios raciales y religiosos. Gracias a que Dios les había dado la ley y tenían un mejor sentido de los valores, y miraban a los gentiles como ciegos, e ignorantes (vv.19-20). Los judíos se consideraban como los favoritos de Dios, pero lo que no vieron fue que esos privilegios los obligaban a vivir en santidad, ellos desobedecían la misma ley que el predicaban a los gentiles. Teniendo como resultado que los «perversos gentiles», blasfemaba el nombre de Dios a causa del pecado de los judíos.
El pueblo judío bien podía argumentar: “Estamos seguros que Dios no nos va juzgar con la misma verdad que aplica a los gentiles, ya que es notorio que Dios ha sido bueno con el pueblo de Israel”.
En nuestros días escuchamos las mismas excusas: «Yo soy mejor que otras personas. De manera que no necesito a Cristo» «Dios ha sido bueno y no hay manera de que condenará» Lamentamos contradecir a estas personas que opinan de esta manera; el juicio de Dios no será según las opiniones y muchos menos de las evaluaciones de las personas; será según la verdad.
El juicio tiene que ver con las obras de las personas (2.6-16)
Muchos judíos pensaban que tenían una posición elevada dentro del pueblo de Dios, y no se daban cuenta de que una cosa es ser oidor de la ley y otra cosa es ser una hacedor de la ley (v.13). Tengamos presente que estos versículos no nos dicen cómo ser salvos. Es una descripción del juicio de la humanidad de acuerdo con sus obras. Los versículos (7-8) no nos hablan de las acciones ocasionales de una persona, si no, del propósito total de la «elección de vida». Es importante repetir que la gente no alcanza la vida eterna por buscarla pacientemente. (ver Juan 6:44)
Encontramos tres frases muy importantes Cada uno v.6. Todo ser humano v.9, todo el que… v.10. Que muestran que Dios no acepción de personas, sino que nos juzga de acuerdo a cómo han vivido. Reconocemos que la ley fue dada a los judíos y no a los gentiles. Sí Dios es justo, y lo es, conforme a estos versículos (12-15). Dios mismo juzgará a las personas según la luz que han recibido.
Esta juicio es de acuerdo al evangelio que Cristo predicó (2: 17-29). Pablo mencionó en más de una ocasión el «día del juicio» (vv 15.16) Afirmando ahora que este juicio será el corazón, ya que Dios revelará todos los secretos. Cristo será el juez y el asunto está relacionado con el evangelio de Cristo.
El pueblo judío se jactaba de sus privilegios raciales y religiosos. A causa de que Dios les había dado su palabra y además suponían que tenía sentido de valores espirituales. Ellos miraban a los gentiles como ciegos, e ignorantes como si fueran niños (vv 19-20). Así que desobedecían la misma ley que les predicaban a los gentiles.
Si algún pueblo tenía “religión” era el pueblo judío, pero era un asunto de ceremonia externa. Se jactaban de sus ritos, de la circuncisión, que era una ceremonia que los identificaban con Dios, pero, ¿de que sirve un rito exterior si no trae consigo la obediencia a la Palabra de Dios? Pablo llegó a decir « Y el que físicamente incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley» (v 27). Este versículo afirma que los gentiles que, siendo incircuncisos, por naturaleza cumplen la ley, y van a juzgar a los judíos que quebrantan las normas de Dios.
En cuanto al evangelio de Cristo, este exige un cambio interno. En su conversación con Nicodemo El dijo: «Es necesario nacer de nuevo » (Juan 3: 7). No es la obediencia a un rito o sistema religioso lo que permite a uno pasar la prueba, ya que Cristo juzga los secretos del corazón, tanto para los judíos como para los gentiles. Esta es la gran diferencia.
ROMANOS CAPITULO 3
Este capítulo nos ofrece una especie de puente entre pecado y salvación. El capítulo 3 es una especie de semillero para el resto de la epístola. (vv, 1-4) se trata de la incredulidad de Israel y este es el tema que trataremos en los capítulos (9-11). Aparte de eso el versículo 8 menciona la cuestión de vivir en pecado y esto lo analizaremos en los capítulos (6-8). En (3:8) se relaciona directamente con (6:1), Y el versículo (21) nos trae a colación la justificación por la fe; que trataremos en los capítulos (4-5). Y finalmente, en el versículo (31) se menciona la obediencia a la ley, que se presenta en los capítulos (12-16)
Hay malas noticias es la condenación por los pecados (3:1-20)
Pablo hace cuatro preguntas muy importantes.
¿Tenemos alguna ventaja en ser judíos, si los judíos están bajo condenación? (vv 1-2). La respuesta es que SI, ya que al pueblo judío se le dio la voluntad revelada en su Palabra. Si la nación hubiera creído y hubiera obedecido la Palabra, el pueblo hubiera recibido a Cristo y encontrarían salvación la salvación; y a través de ellos se hubiera esparcido la bendición al mundo hoy seríamos privilegiados al tener la Palabra de Dios.
¿Se ha derogado la Palabra de Dios por la incredulidad del pueblo de Israel? Por supuesto que NO. La incredulidad jamás podría anular la fidelidad de Dios (vv 3-4). La Escritura dice: que Dios es veraz, aun cuando los hombres son mentirosos. (Salmo 51:4). Pablo citando a David admite sin rodeos su pecado y además la justicia de Dios al jugarle..
¿Por qué no pecar más y así se glorifica más a Dios (vv 5-8). Pablo desbarata este argumento en pro del pecado con el versículo (6) ya que tal posición significaría que Dios jamás juzgaría al mundo. Los enemigos judíos de Pablo mintieron acerca de él y dijeron que Pablo enseñaba esta doctrina…«Hagamos males para que vengan bienes» (v 8). Esta declaración es tan contraria a la razón y mucho más a la Escritura que el apóstol la desecha diciendo que: «los que dicen esto merecen la condenación» .
¿Luego entonces es mejor el judío que el gentil? (vv 9-18). La respuesta es NO, ya que el gentil no es peor ni mejor que el judío, porque ambos son pecadores y están en condenación. Ya que no hay diferencia en cuanto al pecado (vv 22-23) ni tampoco en cuanto a la salvación (10:12-13).
Pablo confirma que el mundo es culpable cuando describe la vida total de pecaminosidad de la humanidad (vv 10-11). También en los versículos (13-18) nos recuerda la conducta de los seres humanos citando el: (Salmo 14: 1-3: Isaías 59:7-8) Dándonos su veredicto final en los versículos (19-20) .
La justificación es únicamente por la fe, (vv 21-31) El la versión Dios habla hoy está muy claro cuando dice: «Pero ahora, sin la ley Dios ha mostrado de que nos hace justos, y esto nos hace justos, y esto lo confirman la misma ley y los profetas» (v 21). Hoy día las gentes lo quieren hacer por la fe y las obras, más Pablo ha probado que la ley es un ministerio de condenación y jamás nos puede salvar. Pero la gracia fue vista por los profetas (Génesis 15. 6; Habacuc 2:4) Si leemos Romanos 9:30-33 veremos porque Israel fracasó en aceptar esta justicia por la fe.
CAPITULO 4
La historia de la fe (4:1-16)
En estos versículos Pablo nos presenta a dos héroes de la Fe: Abraham y David. No existen dos personajes de AT que sean más reverenciados que Abraham, el padre de la fe, y el rey David, el padre del reino establecido. Tanto Abraham como David dan testimonio de la justificación por gracia por medio de la fe, y no por la circuncisión o la ley (4:3b). También David fue justificado por gracia después de que la circuncisión y la ley se hallaban incorporadas en la vida de Israel (4:6-8). ¿Cómo es posible, el reconocimiento de la justicia? Por dos hechos muy significativos. (1) Un acontecimiento objetivo. La muerte vicaria de Jesucristo y que El llevara realmente sobre sí nuestras culpas y pecados. En esto se llevó a cabo de una vez por todas en la cruz del Calvario (vea He. 10: 14) (2) Un acto subjetivo –un cambio que se opera en cada pecador por medio del arrepentimiento y la fe- El arrepentimiento consiste en reconocer que somos muertos al pecado (vea 6:1-4).
El poder de la fe (4:17; 5:9)
Pablo a continuación describe el poder de la fe de Abraham para confiar en el cumplimiento de las promesas de Dios de que su simiente serían benditas en todas las naciones de la tierra.(vv 17-22).
El Dios de las promesas de Abraham es el Dios de la creación así como El de la promesa, que le fue manifestada a él (v.18)
Tanto Abraham como Sara eran impotentes para realizar la promesa (v. 19)
La fe de Abraham descansaba en la promesa de Dios ( v.20)
La fe de Abraham glorifica al Dios de la promesa (v.20)
La fe de Abraham obtuvo la realidad (v.21)
La fe de Abraham fue su justicia (.22)
Por la fe en las promesas de Dios, nosotros también hemos recibido esta bendición (4:23;5;5).
CAPITULO 5
En Romanos 5:1-9 tenemos, no sólo la explicación de la justificación por la fe, sino también un registro de los resultados de aquellos justificados. En primer lugar la culpa ha sido quitada. El creyente empieza a tener compañerismo con Dios que le ha redimido, teniendo entonces paz con Dios (v.5). En segundo lugar, Dios da al creyente acceso al trono de la gracia, para poder vivir para El (v.2). La misma fe que justifica da acceso a la gracia de Dios.
Al final del capítulo cinco Pablo nos explica la verdad de que la gracia, es la poderosa fuerza de la redención, que es mucho más fuerte que el pecado y la muerte (v.2). Los tres versículos siguientes nos demuestran que: “por medio de muchas tribulaciones entremos en el reino” (v v.3-5)
La tribulación produce paciencia en el creyente, o lo que es lo mismo firmeza. Esta firmeza nos ejercita a la devoción cristiana. Lo hace adquirir experiencia. Las dificultades y los obstáculos le ayudan a desarrollar madurez de carácter, esto es “paciencia, carácter probado, y el carácter probado, esperanza” (Cp.5:4)Biblia las Ameritas. Un carácter así produce una esperanza viva una experiencia viviente de que el amor de Dios es para él. Un nuevo poder de buena voluntad en el acto que corona la regeneración (v.5).
Después de todo, Pablo nos da un análisis más profundo del amor de Dios. (Cp. 5:6-8)
Al amor se le describe como una actividad de Dios que viene al encuentro de la persona aunque esté en su mayor depravación y le redime por medio de la cruz de Cristo. El bondadoso amor de Dios jamás se tarda, ya que con sus manos extendidas, y por su gracia se enfrenta a toda crisis.
Cristo viene al encuentro de la persona, y no de las personas a El. Cuando éstos se hayan sin fuerzas, en impiedad de pecado y enemigos de Dios. Estas son las condiciones de las personas sin gobierno. Este no es el que asciende hasta Dios, sino que Dios desciende para abrazar a la persona es su más terrible necesidad (v.8). Tenemos también la expresión más elevada del gozo (v.11).
Pablo declara tres verdades muy importantes de la justificación en la vida cristiana: La fe (v.1), La esperanza (v.2) el amor (v.5). Las personas que verdaderamente ha sido justificada tiene todo el apoyo necesario de la gracia divina para empezar a echar mano de plena herencia de la santificación. De acuerdo a Ro. 5:1-9, el creyente tiene paz con Dios y acceso al trono de la gracia.
Con este mensaje Pablo proclamó por medio de todo el Imperio Romano que conmovió a la Iglesia para liberarla de la creencia de una justicia que se obtenía por medio de las obras, tal como creía la Iglesia Católica Romana y por qué no decirlo algunos creyentes dispensación alistas.
La sobreabundante gracia (Romanos 5:10-21), El apóstol Pablo ha dejado establecido que la justificación se llevó a cabo por la sangre de Cristo y por la fe. Ahora en (5:10-25) Pablo exalta la gracia de Dios como mucho más efectiva que cualquier poder evidente del pecado y de la muerte. Pablo usa como ilustración que hay dos reinos que hacen valer sus derechos para reinar e influir, el primero es el pecado y la muerte, el segundo es el reino de la justicia y de la vida.
El reino del pecado y de la muerte LA LEY
La muerte reinó desde Adán hasta Moisés (v.14)
La muerte reinó por medio de uno (v.17)
El pecado reinó en la muerte (v.21)
El reino de la justicia y de la vida LA GRACIA
Reinarán en vida (v17)
La gracia reina por la justicia (v.21)
Este argumento que esgrime Pablo, él afirma en que todas formas de la justicia y de la vida que vino por medio de Cristo (vea Juan 1:17). Este reino es más poderoso y superior al reino del pecado y de la muerte que vino por medio de Adán. Pablo señala los siguientes contrastes.
El don de la gracia es más dinámico que la ofensa de Adán (.15)
La justificación tiene mayor capacidad para la condenación (v. 15b)
Aquellos que reciben la gracia ejercen dominio propio, mientras el pecado esclaviza a sus victimas (v.17)
La justificación es posible de alcanzar por la elección (v.18)
La obediencia de Cristo nos hace justos, mientras que la obediencia de Adán nos hace pecadores (v.19b).
Donde quiera que reine el pecado y la muerte la gracia pude asentar su reinado de justicia (v.20b y 21).
Los versículos (15, 16) Se pueden confundir, ya que combinan una similitud con una diferencia para leer este pasaje con revelación y entendimiento, ha de tenerse en cuenta dos hechos importantes en cuanto a su esfera de influencia, en segundo lugar, no son iguales en cuanto a la manera de su influencia. Aunque la esfera del pecado es igual a la esfera de la gracia. Pero, la influencia es totalmente diferente. El pecado de Adán fue de inclinación a la debilidad, mientras que el paso de Cristo fue una obligación santa Pablo esta comparando dos reinos que se oponen entre si, el reino del pecado y de la muerte, por medio de Adán, y el reino de la gracia y de la vida, por medio de Jesucristo. Nadie puede serle fiel a Adán y a Cristo a la misma vez.
CAPITULOS 6-8
Ahora nos ocuparemos de esta sección que consideraremos como: Resucitados para santificar. En primer lugar notamos que el capítulo 6 se refiere a que como el creyente está muerto al pecado, el 7 explica que el creyente está muerto en cuanto a la ley; y en el 8 se analiza que el creyente está vivo en la victoria que el Espíritu Santo da. Estos tres capítulos son una explicación a la frase “reinaran en vida” El capítulo 6 nos habla de que el pecado ya no reina sobre el creyente, el 7 nos explica como la ley y el pecado ya no reina sobre el creyente y el 8 nos explica cómo la morada del Espíritu Santo nos da, no sólo vida sino libertad.
«Sabéis» (6. 1-10). Podemos notar que Pablo usa la palabra “sabéis” en (vv. 3,6,9,16). Esto es de suma importancia porque, el enemigo, la carne, nos quiere mantener en oscuridad en cuanto a verdades espirituales que debemos conocer y desafortunadamente muchos no conocen. Si la gracia de Dios abunda cuando hay pecado (5.20) pudiéramos decir que el creyente debería vivir en pecado. Pablo demuestra una rotunda negación. “En ninguna manera” (6.1). Esta es la verdad en nuestra relación con Cristo, no solamente que Cristo murió por nosotros, sino que nosotros morimos con El, cuando el Espíritu Santo nos Bautizó y nos unió al cuerpo de Cristo, su iglesia, y fuimos sepultados con El y además resucitados a una vida nueva.
Los versículos (3-4) no se refieren al bautismo en agua, como muchos enseñan, sino a la operación del Espíritu Santo al “situarnos” en Cristo como miembros de su cuerpo. Cuando Cristo murió, nosotros morimos con El, al El resucitar nosotros también resucitamos, esta es nuestra posición en Cristo. Ya no sólo El murió por el pecado, sino que murió al pecado (10). Dicho de otra manera El rompió, destruyó la vieja naturaleza (v.6). Sabemos que la vieja naturaleza está allí, pero la cruz de Cristo la ha despojado de su poder, por la razón de que morimos con Cristo a todo lo que pertenece a la vieja naturaleza.
Les invito a leer Romanos 6: 1-10 y descubra por usted mismo de que el creyente está muerto al pecado (v.2); la vieja naturaleza ya ha sido crucificada (v.6) y el creyente ha sido libertado del pecado (v.7). Y la vieja naturaleza no puede reinar en el creyente que conoce la verdad, la confiesa con fe y se puede presentar a Dios aprobado.
No es suficiente que sepamos la nueva posición que tenemos en Cristo por la fe, (v.11), sino que además tenemos que considerar lo que la Biblia dice respecto a mí. “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro” Considerar el la fe en acción que descansa en la Palabra de Dios a pesar de las circunstancias y emociones o sentimientos. La crucifixión es una muerte que no se la puede aplicar usted mismo; usted tiene que ser crucificado por otro. Si consideramos este paso de fe que cree en la Palabra de Dios, entonces Dios actúa en consecuencia.
Nos tenemos que presentar (12-23). Si los creyentes se consideran muertos al pecado, es la única manera que demostraría su fe. Es este, el tercer paso para el proceso de lograr la victoria sobre la carne. Debemos notar “No reine, pues” del versículo 12. Este sometimiento es un acto de nuestra voluntad, es un paso de obediencia al Señor. No es suficiente saber esta hermosa doctrina, tenemos que dar el paso final de presentar nuestra vieja naturaleza al Señor.
En ( vv 16-26) Pablo nos da un ejemplo del amo y el criado. Nadie puede servir a dos amos. Antes de nacer de nuevo nos sometíamos al pecado y la muerte (v.23). Pero ahora que conocemos a Cristo como nuestro Salvador, somos libres, libres del pecado, tenemos una nueva posición en Cristo, eso nos da un nuevo Amo y Señor, tanto como una nueva naturaleza. Ahora siervos de la justicia, el lugar de ser siervos del pecado. Cuando presentamos nuestros miembros a Cristo como instrumentos (v13), El entonces controla nuestra vida y podemos llevar frutos de santidad. (22)
Tenemos que entender que no es suficiente saber que Cristo murió por nosotros. Tenemos también que conocer que tenemos una nueva naturaleza interna; debemos saber que la vieja naturaleza fue derrotada en la cruz. Saber, considerar y presentar, estos pasos no conducirán a la victoria de cada día sobre la vieja naturaleza. Estos pasos nos conducirán al trono donde Cristo es exaltado y donde además reinaremos en vida con El. Siendo siervos de la justicia y no esclavos del pecado y de la muerte, La respuesta al problema del pecado no es simplemente determinación, disciplina, reforma, legislación, ni ningún otro esfuerzo humano. La victoria la alcanzamos solamente por medio de la cruz de Cristo y su gloriosa resurrección
ROMANOS 7
Algún tiempo después que la persona ha sido salvada y entiende la liberación de su pecado, es probable que la persona esté buscando mantener una vida recta, tratando de vivir conforme a una regla llamada la ley.
Surge una pregunta: ¿Cómo es que la ley es defectuosa? No es ciertamente en cuanto a su origen, sino en que sea una base para justicia. La ley es espiritual (.14), pero su misma espiritualidad no es capaz de justificar a la persona carnal, sino que ella pone en vigor la sentencia de muerte y condenación. Además la ley se halla desprovista de vida y de espíritu.
Una ilustración nos presenta todo lo que halla en este capítulo, pero además nos muestra que la justicia viviente no se encuentra en la ley. La justicia ha de venir por la muerte de Cristo en la cruz y su poderosa resurrección.
En los versículos (1-6), el marido, la ley, no muere literalmente, sino que la mujer (el creyente) participa en la muerte y resurrección de Cristo y es resucitada para uniese a un nuevo esposo, Cristo. Puede que la ley le exija al creyente espiritualidad, pero no puede darla. La impartición de justicia sólo pude obtenerse por medio del Espíritu Santo que da vida al creyente El es quien puede hacer las cosas nuevas en cada creyente.
En los versículos (7-25) nos enfrentamos con dos problemas. El primero del YO independiente, el segundo, el pecado que mora en mi En el capítulo 7 queda en evidencia el yo independiente, por medio del empleo constante del pronombre yo o su equivalente. Mientras el YO no se someta, no importa cuan noble o ambiciosamente sea, se encuentra desposado con la ley.
¿Cuál es la aplicación práctica de todo esto? Nuestra nueva posición delante de Dios, como muertos ala ley, no esperamos de que obedezcamos a Dios mediante nuestras fuerzas. Realmente Dios no nos ha esclavizado bajo una especie de ley cristiana que tenemos que obedecer para conseguir la santidad. Nos ha dado el Espíritu Santo que nos capacita para cumplir las exigencias de la santidad de Dios. Los creyentes pueden tener la victoria del capítulo 6 y dejar la esclavitud de la carne, pero mucho más que eso en la vida cristiana. Tenemos que aceptar las verdades de Romanos 7; que en realidad somos un fracaso, cuando empezamos a obrar con nuestras fuerzas, y que la ley es buena pero que somos carnales y después permitir al Espíritu Santo que obre su voluntad en nuestras vidas. Y que Dios nos capacite para considerarnos muertos al pecado (6) y a la ley (7), para que así podamos por medio del Espíritu Santo, disfrutar de la bendita libertad de los hijos de Dios y así glorificar a Dios viviendo en santidad.
CAPITULO 8
En este capítulo respondemos sobre la santificación (6-8). El Espíritu Santo domina todo este capítulo, por que a través de El morando en nosotros podemos vencer a la carne y podemos tener una vida cristiana fructífera. En este capítulo resumimos el estado del creyente.
No hay ninguna condenación;: (vv. 1-4) En estos versículos llegamos a la conclusión del argumento de Pablo del capítulo 7. Es muy importante de que aquí el apóstol no analiza la salvación, sino el problema de cómo el creyente puede hacer algo bueno a pesar de tener una naturaleza de pecado. ¿Cómo es que un Dios santo puede aceptar algunas cosas que hacemos cuando no tenemos “nada bueno” que mora en nosotros? Nos parece que El tendría que condenar todo pensamiento y obra que hacemos.
Pero no hay ninguna condenación puesto que el Espíritu Santo mora en nostros para cumplir la justicia de la ley. Es que la ley no puede condenarnos por que estamos muertos a ella. Tampoco Dios nos puede condenar, porque el Espíritu Santo capacita al creyente a andar en el Espíritu, y por lo tanto satisface las exigencias santas de Dios.
Podemos glorificar a Dios, cuando conocemos de que los hijos de Dios no estamos bajo la ley, de que Dios no espera que hagamos buenas obras en el poder de la carne. Cuando el creyente entiende que, no hay ninguna condenación se da cuenta de que el Espíritu que mora en nosotros agrada a Dios. ¡Que gloriosa salvación tenemos en Cristo! “|Estad, pues firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis ora vez sujetos al yugo de esclavitud” Nos advierte Pablo en (Ga. 5:1)
“No hay ninguna obligación”. Porque no hay ninguna relación entre el Espíritu y la carme. (vv .5-17). Los creyentes pueden tener dos disposiciones, se pueden inclinar hacia las obras de la carne y tener enemistad con Dios, o pueden inclinarse a las cosas se Espíritu, y ser un creyente espiritual disfrutando de paz y gozo, ya que la mente carnal no puede agradar a Dios; tan sólo el Espíritu obrando en el creyente y través del creyente puede agradar a Dios..
El creyente no tiene ninguna obligación con la carne (v.12).Nuestra única obligación es hacia el Espíritu Santo; ya que nos convenció y a la vez nos mostró nuestra necesidad de salvación; fue el Espíritu el que impartió fe salvadora, e implantó una nueva naturaleza en el creyente, al tiempo que le da testimonio de ser hechos hijos de Dios.
En el versículo (15), se le llama “el Espíritu de adopción”. Vivir en la carne o bajo la ley, conduce a servidumbre más el Espíritu conduce a una vida de libertad en Cristo. Esta libertad para el creyente jamás significa hacer lo que se le antoje, ya que esa es la peor esclavitud. La libertad cristiana en el Espíritu es libertad de la ley y de la carne, y así podemos agradar a Dios y llegar a ser lo que El quiere que seamos. El vocablo adopción en el NT no significa lo que denota hoy día, recibir un niño dentro de nuestra familia como miembro legal de ella. El término griego significa: colocar como hijo y hacerlo legitimo heredero. Cada es un hijo de Dios por nacimiento (ver Juan 1:13) y heredero de Dios y coherederos con Cristo, de tal manera que El no puede recibir la herencia hasta que nosotros estemos allí para compartirla con El. El creyente tiene que hacer morir las obras de la carne por el poder del Espíritu (v.13).
“No hay ninguna separación” (vv 18-39). El creyente está esperando la adopción la redención de nuestro cuerpo (v 23). Ya el alma ha sido redimida, pero no el cuerpo. Esperamos en plena confianza, pero, debido a que el Espíritu Santo nos ha dado como primicias la liberación que Dios tiene para el creyente en el futuro. Incluso si morimos, el Espíritu, quien nos ha sellado para el día de la redención (Ef. 1: 13-14) vivificará nuestros cuerpos (11). Podemos notar en este capítulo tres gemidos en los versículos 22-26. El primero todo la creación gime (v.22), en segundo lugar en segundo lugar el Espíritu gime esperando la venida de Cristo (v.23) y en tercer lugar el Espíritu gime al interceder por nosotros (v.26). Tenemos el privilegio de orar en el Espíritu. Tal vez muchas de nuestras oraciones son el la carne, oraciones largas, con palabras bonitas, pías, que glorifican al hombre y dan nauseas a Dios (Is. 1:11-18). Mientras oramos el Padre escudriña nuestros corazones y sabe lo que el Espíritu desea, y esto es lo que nos concede.
Es importante saber que el Espíritu siempre ora de acuerdo a la voluntad de Dios (28). Que los creyentes sean formados a la imagen de Cristo (v.29). Entonces podemos reclamar la promesa del versículo 28 debido al propósito del versículo 29, Debemos notar que todos los verbos en el versículo 30 están en tiempo pasado: llamó, justificó, y glorificó al creyente.
El apóstol Pablo concluye haciendo cinco preguntas (vv 32-35) y las responde con claridad meridiana. No tenemos necesidad de inquietarnos por lo que Dios hará, porque si Dios es por nosotros y no contra nosotros. La prueba es que El dio lo mejor que tenía en la cruz del Calvario, y nos dará cualquier otra cosa que necesitemos. ¿No puede alguien acusarnos de pecado? La respuesta es un rotundo ¡NO! Hemos sido justificados y esta posición delante de Dios nunca cambia/ ¿Puede alguien condenarnos? ¡NO! Cristo murió por nosotros y ahora vive como nuestro Abogado a la diestra del Padre. ¿Puede alguien separarnos del amor de Dios? ¡NO! No siquiera todo el sistema compuesto por principados y potestades (v.38) No hay ninguna condenación, ninguna obligación y tampoco ninguna separación (v.37)
CAPITULO 9
Los próximos tres capítulos se refieren a la historia espiritual del pueblo de Israel; pasada (Cáp. 9), presente (Cáp.. 10) y futura (Cáp., 11). El propósito del apóstol Pablo es explicar cómo Dios pudo poner a un lado a su pueblo escogido salvar a los gentiles, y cómo El restaurará a la nación en el futuro.
La elección de Israel defendida. (9:1-13)
Ocho bendiciones de la elección (vv 1-5)
Pablo sentía una gran admiración por Israel. Sus palabras nos hacen recordar a Moisés en Éxodo 32:31,32
La adopción. escogidos por Dios gracias a su amor (véase Is. 43:20-21). Cristo nos amó tanto que se hizo maldición por nosotros.
La gloria: la presencia de Dios en el tabernáculo (Ex. 24: 16,17).
Los pactos: Dios, a través de Abraham, Moisés y David, dio pactos inmutables al pueblo de Israel.
La promulgación de la Ley: Dios nunca se relacionó así con el pueblo gentil. En cambio Israel oyó su voz y recibió sus leyes para gobernar sus vidas.
El culto: los sacerdotes en el tabernáculo eran un privilegio de Dios.
Las promesas: muchas de esas promesas de Antiguo Testamento se han cumplido y muchas más aun no se han cumplido para el pueblo judío.
Los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacobo y sus doce hijos formaban el cimiento de la nación.
El Mesías: Cristo fue un judío, de la tribu de Judá, que nació según la ley. (9.5).
Podemos asegurar que ninguna otra nación tuvo estas maravillosas bendiciones; sin embargo, Israel las dio por entado y a fin de cuenta rechazó la justicia de Dios. El creyente, también pertenece a los elegidos y tiene similares bendiciones de las cuales disfruta, por ejemplo, la adopción (Efesios 1.5); gloria (Efesios 1:6-7); el nuevo pacto a través de la sangre de Cristo (Hebreos 9:10); la ley escrita en el corazón (2 Corintios 3; Hebreos (10:16-17); servicio sacerdotal mediante Cristo (1 Pedro 1:4); tenemos a Abraham como padre de los que creen :(Galatas 3:7). Y todo eso por que tenemos a Cristo.
La base de la elección (vv 6-13).
El la elección Dios ejerce su voluntad soberana para lograr su plan perfecto. Tenga presente de que elección que habla Romanos 9-11 es nacional y no individual. Si aplicamos las verdades de estos capítulos a la salvación o a la seguridad del creyente individual, es errar su mensaje por completo. Es más, Pablo cuidadosamente destaca que está hablando a los judíos y a los gentiles como pueblo, no como pecadores individuales.
Abraham: fue escogido como padre de la nación hebrea, pero Pablo afirma que no todos los israelitas son verdaderos hijos de Israel. (Véase también 2: 25-29). Abraham tuvo muchos hijos (Génesis 25:1-6), pero solamente uno escogido Isaac, quien fue el hijo de la promesa por fe.
Isaac: fue el hijo de la promesa por fe (véase Gl. 4:21-31), mientras que Ismael fue el hijo de la carne por medio de las obras. La verdadera “simiente de Abraham” son los creyentes y no sólo los que tienen sangre judía en sus venas.
Jacob: Dios pasó por alto a Esaú, el primogénito, y escogió a Jacob, tomo su decisión incluso antes de que los niños nacieran, Se preguntará usted ¿Por qué? Para mostrar que el propósito de Dios al elegir a su nación se cumpliría. Esaú decidió rebelarse contra Dios, pero los propósitos de Dios no dependen de las decisiones de las personas. No podemos explicar la relación entre las decisiones de las personas y los propósitos de Dios, pero sabemos que ambas cosas son verdaderas y se enseñan en la Palabra de Dios.
La elección de Israel defendida (9:14-33
La doctrina de la elección nacional de Israel nos lleva a considerar varias preguntas cruciales. Una de ellas: ¿Es Dios injusto? (vv 14-18) ¡Por supuesto que no! Ya que la elección no tiene nada que ver con la justicia, sino más bien con la gracia, Muchos dicen que: “Dios es injusto si escoge a uno e ignora a otro”. Pero el propósito de Dios va más allá de la justicia; porque si Dios hiciera nada más que es justo, tuviera que condenarnos a todos nosotros. El apóstol Pablo usa a Moisés (Ex. 33: 19) y al Faraón (Ex. 9”16) como prueba de que Dios puede hacer lo que desee al dispensar su gracia y su misericordia. Nadie merece la misericordia de Dios y nadie puede condenarlo por su elección de Israel o por haber pasado por alto a otras naciones
Preguntamos ¿Por qué Dios encuentra faltas si nadie puede resistir su voluntad? (vv 19-29). Pablo nos explica con la parábola sobre el alfarero, en Jeremías 18:1-6. Dios es el Alfarero y las naciones del mundo junto con sus líderes, son las vasijas. Algunas son vasijas de ira que Dios pacientemente soporta hasta el tiempo de su destrucción (Gn 15: 16) Otros son vasijas de misericordia que revelan su gloria. (Oseas 2:23 y 1: 10) que demuestran que Dios prometió llamar un “pueblo” de entre los gentiles, un pueblo que sería llamado “hijos del Dios viviente”.Esta el sin lugar a duda la Iglesia (véase 1 Pedro 2:9-10) (Isaías 10:22-23), que nos muestra que remanente de judíos también se salvaría (Is. 1:9). El propósito de Dios en la elección hace posible que tanto judíos como gentiles sean salvos por gracia. Ni el judío ni tampoco el gentil podrían ser salvos de ninguna otra manera que por la gracia de Dios.
Aquí encontramos la paradoja de la historia: los judíos trataron de ser justos y fueron rechazados; los gentiles, que no tuvieron los privilegios de los judíos, fueron recibidos. La razón es que los gentiles recibieron la justicia por la fe y mediante la gracia de Dios. Los judíos tropezaron por el Mesías crucificado (véanse Is. 8:12; 28:16; Mt 21: 42; 1 CCO 1:23; 1 P 2: 6-8) Querían un Mesías que guiaría a la nación a la libertad y gloria políticas; no podían creer en un Cristo crucificado.
El propósito de Pablo es este capítulo es explicar la posición de Israel en el plan de Dios. Israel era una nación elegida que se le había dado privilegios como ninguna otra; y sin embargo, había fallado miserablemente al no seguir el programa de Dios para redecir a todo el mundo. El capítulo entero exalta la gracia soberana de Dios sin minibar la responsabilidad de la persona para tomar las decisiones correctas. La Palabra de Dios prevalecerá independientemente de la obediencia humana. Los que crean serán salvos y los rebeldes serán condenados. Resumiendo: sin la gracia de Dios, no habría salvación.
CAPITULO 10
En el capítulo anterior vimos Los Caminos de Dios Defendidos, en este capitulo encontramos Los Caminos de Dios declarados. Este capítulo es, ciertamente, una declaración de los caminos salvadores de Dios. Primeramente describe la justicia que es por la ley y después la justicia que es por la fe. La fe se produce en el corazón del creyente a causa de la predicación del Evangelio, que incluye el mensaje del señorío de Cristo y su resurrección de entre los muertos. Una vez que se oye y se cree este mensaje, entonces no existe diferencia alguna entre el judío y el griego
En los versículos (11-13) Pablo sita de nuevo Isaías 28:16 “Todo aquel que en El creyere, no será avergonzado”. Al judío no le gustaba el término “todo aquel”. Puesto que se creían el único “pueblo escogido” Pero en el versículo (13) Pablo cita a Joel 2:32 para demostrar que ¡cualquiera que invoque a Cristo es salvo, y no solamente el judío!
El remedio para el rechazo (10:14-17).
La secuencia es como sigue: (a) se envían a los mensajeros; (b) declaran la Palabra’ (3); los pecadores oyen la Palabra; (d) los pecadores creen a la Palabra; (e) invocan a Cristo; (f) ¡son salvados!. El argumento es lógico; los pecadores no pueden salvarse sin la Palabra de Dios, porque “la fe es por el oír, y por el oír la Palabra de Dios” (17).
En el versículo (15) Pablo se refiere a Isaías 52:7, un versículo que tendrá su cumplimiento total en el día en que Israel sea restablecida en su reino. Pablo aplica este pasaje a la proclamación del evangelio de paz, paz con Dios y paz entre el judío y el gentil, (Ef 2: 13-17) al Israel que hoy está perdido. A menudo usamos Romanos 10: 14-15 como base para nuestra acción de enviar misioneros a las naciones gentiles y por cierto que esta aplicación es válida; pero el significado básico aquí es la proclación del evangelio a Israel hoy.
Llevamos el evangelio a los judíos, no debido a Romanos 10: 14,15. Si sentimos la carga que sentía Pablo por el pueblo de Israel desearemos llevarle el evangelio. El testigo que lleva el evangelio a los perdidos , sea judíos o gentiles, ciertamente tienen “hermosos pies” a los ojos de Dios
¿Cuál se la actitud de Israel hoy? La de Isaías 51:1: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio”? Así como Israel se alejó en su incredulidad en el día de Cristo (Juan 12: 37,38) y durante el tiempo de testimonio de los apóstoles, en Hechos 1-7, así la nación hoy está afincada en la icredulidad. En el versículo 18 Pablo cita el Salmo 19:4, para mostrar que la Palabra de Dios, incluso por medio de la naturaleza, ha llegado al mundo entero; Israel no tiene excusa.
El resultado del rechazo (10:18-21)
Como resultado del rechazo a Israel, Dios se ha vuelto a los gentiles y ahora está tomando de entre ellos un pueblo para su nombre (Hechos 15). Pero esto no debe sorprender a los judíos, ya que en Deuteronomio 32:21) El prometió usar otras naciones para provocar a celos a Israel y también el en Isaías 65:1, 2 Dios anunció que Israel sería desobediente, pero que los gentiles hallarían en El su salvación.
En bueno que tengamos presente que el AT en efecto prometía la salvación de los gentiles; pero en ninguna parte se enseña que los judíos y los gentiles serían parte del mismo plan, ni que tampoco los creyentes de ambas razas serían uno en Cristo.
Observemos que programa que da el AT es que los gentiles se salvarían mediante el ascenso de Israel, o sea, su establecimiento como reino. Pero, Israel cayó. Preguntamos: ¿Qué haría entonces Dios con los gentiles? Pablo destaca en Romanos 9-11 que la misericordia se extendió a los gentiles a través de la caída de Israel (11:11). Dios entregó a todos los seres humano, ya sean judíos o gentiles, a la incredulidad; de esta manera El podía tener misericordia de todos mediante la gracia que se hizo posible en el Calvario (11:32).
El versículo 21 indica claramente la actitud de Dios hacia Israel, incluso hoy. Aunque se ha desechado a la nación en ceguera e incredulidad (2 Co. 3:15-4:6; Ro 11:25). Dios busca ardientemente tanto la judío no salvo como al gentil perdido.
CAPITULO 11
Los caminos de Dios demostrados (Capítulo 11). Este capítulo comienza con una pregunta ¿Ha desechado Dios a su pueblo? Y el mismo responde “en ninguna manera porque yo también soy israelita de la descendencia de Abraham…(v. 1:-12.
En conformidad con el resto de la Escritura, Pablo nos recuerda que sólo un remanente de Israel sería salvado, no todo el pueblo sin discriminación. Esta es la enseñanza constante del AT; de ahí que Pablo cite a Isaías en su apoyo, “Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo; …Si el señor de los ejércitos no nos hubiese dejado descendencia; como Sodoma hubiéramos venido ha ser…Señor ¿quién ha creído a nuestro anuncio?.. Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia” (Romanos 9:27-29; 10:16; 11:3-5).
Pablo, y los demás apóstoles de la primera hornada, fueron miembros de este “remanente” Más la mayoría de los judíos se oponen a este grupo de escogidos, ya desde entonces (Hech. 13:38-48) La autoexclusión de los hebreos comporta la reconciliación de los gentiles (v 15). Su trasgresión es la riqueza del mundo (v.12). Las ramas, Israel, fueron desgajadas, y los paganos convertidos al Evangelio, siendo olivo silvestre, fueron con todo, injertados en lugar de ellas; de modo que los gentiles “hemos sido hechos participantes de la RAIZ y de la RICA savia del olivo” (v. 17).
Mediante esta metáfora de las ramas y de los injertos silvestre Pablo explica, como hemos visto, la apostasía de los judíos y la conversión de los gentiles.
La tragedia de Israel estriba en no haber aceptado estas realidades, que estaban latentes e en el AT, y que el Hijo del Hombre vino e explicar. Así como los antepasados vendieron por envidia a José, rechazaron a Moisés y persiguieron a muerte a los profetas, así también los contemporáneos de Jesús le rechazaron y crucificaron. Apredearon a Esteban, encarcelaron a los apóstoles, resistieron al Espíritu Santo y corrompieron la interpretación de las Escrituras.
¿Ha desechado Dios a Israel? Es muy evidente que la misión de Jesús consistió en inaugurar un tiempo profético, previo a la gran consumación escatológica. El Reino de Dios -cuyas bendiciones en plenitud son actuales-. Por tanto aquellos que recibimos la proclamación del Reino somos considerados como un solo cuerpo, la Iglesia, que es considerada el pueblo de Dios, tanto gentiles como judíos. “Porque El es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en Si mismo de los dos un solo nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.”(Efesios 2: 14-16).
CAPITULO 12
Habiendo terminado Pablo la parte de su epístola en que argumentaba y prueba diversas doctrinas que son aplicadas prácticamente, aquí plantea deberes importantes a partir de los principios del evangelio. El ruega, que como hermanos en Cristo, que por las misericordias de Dios presenten sus cuerpos en sacrificio vivo a El (vv.1,2) Este es un poderoso llamamiento. Recibimos diariamente del Señor los frutos de su misericordia. Es por ello que debemos presentar, todo lo que somos, lo que tenemos, lo que hacemos, ya que después de todo, ¿qué tanto es en comparación con las grandes riquezas que recibimos? Es aceptable a Dios un culto racional, por lo cual somos capaces y estamos preparados para dar razón, y lo entendemos. La conversión y la santificación son la renovación de la mente; cambio, no de la sustancia, sino de las cualidades del alma.
El gran enemigo de esta renovación es conformarse a este mundo. Tenemos que tener cuidado de formar planes para la felicidad, como si estuviera en las cosas de este mundo, que pronto pasan. Procuremos no caer en las costumbres de los que andan en las lujurias de la carne, y se preocupan de las cosas terrenales. La obre del Espíritu Santo empieza, primero, en el entendimiento y se efectúa en la voluntad, los afectos y la conversación, hasta que hay un cambio de todo en la persona a la semejanza de Dios, en el conocimiento, la justicia y la santidad de la verdad. Así, pues, ser piadoso es presentarse a Dios.
Los versículos 3-8. Encontramos que el orgullo es un pecado que está en nosotros por naturaleza; necesitamos que se nos advierta y que seamos armados en su contra. Todos los santos constituyen un cuerpo en Cristo que es la Cabeza del cuerpo, y el centro común de su unidad. En el cuerpo espiritual hay algunos que son aptos para una clase de obra y don llamados a ella; otros, para otra clase de obra.
Tenemos que hacer todo el bien que podamos, unos y otros, para provechos del cuerpo. Si pesáramos debidamente en los poderes que tenemos, y cuán lejos estamos de aprovecharlos apropiadamente, eso nos humillaría. Pero, como no debemos estar orgullosos de nuestros talentos, debemos cuidarnos, no sea que so pretexto de la humildad y la abnegación, seamos perezosos en entregarnos para beneficio de los demás. No debemos decir, no soy nada, así que me quedaré quieto y no haré nada; sino no soy nada por mí mismo y, por tanto, me daré hasta lo sumo en el poder de la gracia de Cristo. Sean cuales fueren nuestros dones o situaciones, tratemos de ocuparnos humilde, diligente, alegre y con sencillez, sin buscar nuestro propio mérito o provecho, sino el buen de muchos en este mundo y el venidero.
En los versículos (9-16) Encontramos una guía condensada para aquellos creyentes que ha escogido vivir esta vida de amor.
El amor se revela por su reacción
Hacia el bien y el mal (v.9) El amor sea sin fingimiento. Hacia todos los creyentes (v.10) Amor fraternal. Para el trabajo de toda clase (v.11) Sirviendo al Seños con inteligencia. Para diversas circunstancias (v.12) Gozosos en la esperanza. Hacia sus posesiones (v.13) Compartiendo las necesidades. Hacia sus oponentes (v.14) Bendiciendo a los que nos persiguen. Hacia las circunstancias de otros (v.15) Goza con los que se gozan y llora con los que lloran. Hacia el rango y posición (v.16) Nos recomienda que no seamos sabios en nuestra opinión. Hacia todas las personas (v.17a) El amor no pagará mal por mal..Hacia todas las personas (v.18) En cuanto dependa de nosotros tened paz. Un consejo más (v.19) No demos lugar a la ira. Quien anda en amor cree en la justicia perfecta de Dios (vv 20-121).
CAPITULO 13
Los creyentes no necesitamos que las leyes humanas se pongan en vigor, para ser de ellos ciudadanos respetuosos a la ley. Así como tampoco los gobiernos humanos no necesitan condenar a muerte a un verdadero creyente por quebrantan la ley moral. El creyente se halla motivado por la ley del amor hacia su prójimo, ya que tienen un concepto muy elevado de la misma (v,10).
Por otra parte los creyentes han sido llamados a apartarse del mundo, pero todos tenemos responsabilidades con el Estado. Las “autoridades superiores” (v.!) son los gobernantes del mundo, pero ellos tienen responsabilidades hacia el gobierno. El mejor ciudadano debe ser el creyente. Aunque la iglesia no debe involucrase en partidos políticos, pero los creyentes como individuos debe usar los privilegios que Dios les ha dado como ciudadanos para vigilar que se elijan los mejores líderes, y que se apliquen las leyes con justicia (vv 1-4). Los gobernantes son el terror para los malos, no para los buenos, de manera que aquellos que viven como creyentes no tienen necesidad de tener temor alguno. Dios ha establecido tres instituciones en la tierraL1) La familia (Gé. 2) (2) La iglesia (Hech. 2) (3) el gobierno humano (Gé. 9). Estas funciones no deben superponerse, cuando esto ocurre, hay confusión y problemas.
Una conciencia dirigida por Espíritu Santo eleva al creyente a su nivel más alto. Cuando un creyente desobedece al Señor, lo sabemos, cuando el Espíritu Santo convence a nuestra conciencia. Muchas personas tienen mala conciencia, y por lo tanto no son confiables. Al contrario de ellos el creyente debe tener una buena conciencia (1 Ti. 1:5). Si siempre se rechaza al Espíritu Santo, esto conduce a una conciencia corrompida Ti.1:15). Una conciencia cauterizada (Ti. 4:2); se convierte en una conciencia desechada (Ti. 1:16).. Pablo nos amonesta a pagar las contribuciones y dar el honor adecuado a todos los oficiales (vv 5-7).
CAPITULOS 14. 15,16
Los capítulos 14 al 16 tienen que ver con aquellos problemas y obligaciones de la fe y el amor que todavía persisten aun después de que uno ha sido librado de todo pecado y de haber sido llenado con el Espíritu Santo. En su obrar, la fe y el amor son personales (Capítulo 12), nacionales (capítulo 13) y universales (capítulos 14-16). No solo Pablo, sino también Pedro enseñaron y oraron por los creyentes en cuanto a asuntos muy sensibles de diario vivir. Pablo escribió a los filipenses 1:9-10 “y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo” Los creyentes necesitan tener conocimiento y discernimiento para saber cómo expresar su fe en Cristo y su amor hacia todos los santos y el pecador en asuntos prácticos. La fe y el amor ejercitan su poder en por lo menos siete esferas en todas las cuales Jesucristo es resucitado de entre los muertos para el Señor.
El amor debe gobernar los asuntos de la conciencia (14:1-12).
Pablo señala los peligros de convertirse en juez y propinar ofensas en asuntos sensitivos de conciencia. El débil en la fe no ha de ser juzgado en asuntos, tales como comidas y ciertos días especiales.
Como repuesta final, Pablo establece la ley del amor y dice:”Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser así de los muertos como de los que viven” (14:9)
El amor no puede actuar en contra de una sociedad débil (14: 14-23). Si llevamos a un hermano a la condenación por ofender su débil conciencia, estamos quebrantando la ley de amor. Lo que nosotros tenemos que hacer es edificar a nuestro hermano en Cristo por medio de nuestra conducta en el amor, la paz. La justicia y el gozo del Espíritu Santo.
Es muy importante, que la palabra griega kamon no se halla en esta porción a los Romanos, pero ella se emplea cinco veces en el NT. Uno de los significados de esta palabra es gobernante, vara de medir, aquello que se emplea para medir algo. Es decir para medir los valores de la vida y de la conducta, Pablo usa el amor como vara de medir el reino. La medida se declara en estos versículos: “El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo Porque el que en esto a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación”. (14:17-19)
CAPITULO 15
La libertad cristiana se permitió, no para nuestro placer, sino para la gloria de Dios y para el bien del prójimo. Debemos agradar a nuestro prójimo por el bien de su alma; no para servir su mala voluntad, ni contentarlo de manera pecaminosa; si así buscamos agradar a los hombres, no somos siervos de Cristo. Toda la vida de Cristo fue una vida de negación y de no agradarse a sí mismo.
Si consideramos su pureza y santidad inmaculadas, nada podía ser más contrario a El, que ser hecho pecado y maldición por nosotros y que cayeran sobre El los reproches de Dios: “el justo por los injustos”. El llevó la culpa del pecado, así como la maldición es este; nosotros sólo somos llamados a soportar un poco del problema. El llevó los pecados impertinentes del impío; nosotros sólo somos llamados a soportar las fallas del débil.
Nuestro Maestro, invita a sus discípulos y los alienta mostrándose a ellos manso y humilde de espíritu. La misma disposición debe caracterizar la conducta de sus hijos, especialmente al del fuerte para de débil. El final de todos nuestros actos debe ser que Dios sea glorificado; nada fomente esto más que el amor y la bondad mutua de los que profesamos el cristianismo. Aquellos que concuerdan en Cristo, bien pueden concordar entre ellos. (vv.1-7).
No debemos olvidar que cristo cumplió las profecía y las promesas relacionadas con los judíos y los gentiles que no tienen excusas alguna para despreciarlas (Vv. 8-13). Los gentiles, al ser puestos en la Iglesia, son compañeros de paciencia y tribulación. Todos ellos deben alabar a Dios.
El llamado a todas las naciones para que alaben al Señor, indica que ellos tendrán conocimiento de El. Nunca buscaremos a Cristo mientras no confiemos en El. Todo el plan de la redención está adaptado para que nos reconciliemos unos con otros, y con nuestro bondadoso Dios, de modo que podamos alcanzar la esperanza permanente de la vida eterna por medio del poder santificador y consolador del Espíritu Santo. Nuestro propio poder nunca lograría esto; por lo tanto, donde esté esta esperanza y abunde, es el Espíritu bendito quien debe tener toda la gloria.
(Vv. 14-21)- Pablo estaba convencido que los creyentes romanos estaban llenos con un es espíritu bueno y afectuoso, y de conocimiento. Les había escrito para recordarle sus deberes y peligros, porque Dios les había nombrado ministro de Cristo para los gentiles. Pablo les predicó; pero lo que los convirtió en sacrificio para Dios fue su santificación; no la obra del apóstol, sino la obra del Espíritu Santo; las cosas impías nunca pueden ser gratas para el santo Dios.
Analicemos los versículos 22-33. El apóstol Pablo buscaba las cosas de Cristo más que su propia voluntad, y no podía dejar su obra de plantar iglesias para ir a Roma. Concierne a todos hacer primero lo que sea más necesario. No debemos tomar a mal si nuestros amigos prefieren una obra que agrada a Dios antes que las visitas y los cumplidos que puedan complacernos a nosotros mismos.
De todos los creyentes se espera justamente que promuevan toda buena obra, especialmente la bendita obra de la conversión de las almas. La sociedad cristiana es un cielo en la tierra, una primicia de nuestra reunión con Cristo en el gran día, pero es parcial comparada con nuestra comunión con El., porque sólo ella satisfará el espíritu y el alma..
Debemos aprender a valorar la oración ferviente y eficaz del justo. Si hemos experimentado el amor del Espíritu Santo no nos faltemos en este oficio de bondad para con el prójimo. Aquellos que prevalecen en oración, deben esforzarse en la oración. Los que piden las oraciones de otras personas, no deben descuidar sus propias oraciones. Aunque El conoce perfectamente nuestro estado y también nuestras necesidades. Cristo sabe todo de nosotros.
Todo nuestro gozo depende de la voluntad de Dios. Seamos fervientes en las oraciones con otros y por otros, para que, por amor a Cristo, y por el amor del Espíritu Santo, puedan venir grandes bendiciones a las almas de los creyentes y a las labores de sus ministros.
CAPITULO 16
En los versículos 1-20- El apóstol Pablo le recomienda a la hermana Febe a los creyentes de Roma. Es importante que los creyentes se ayuden unos a otros en sus asuntos, especialmente a los forasteros (ilegales); no sabemos qué ayuda podremos necesitar nosotros mismos. Pablo pide ayuda para una mujer que ha sido útil para muchos; el que riega también será regado.
Aunque el cuidado de todas las iglesias estaba con Pablo, podía recordar a muchas personas y enviar saludos a cada una; expresar interés por ellos.
Para que nadie se sienta herido, como si Pablo se hubiera olvidado de ellos, manda sus saludos al resto, como hermanos santos, aunque no los nombra. Agrega, al final, un saludo general para todos ellos en el nombre de las iglesias de Cristo.
Las exhortaciones de Pablo son muy afectuosas. Lo que sucede con las doctrinas cristianas que al apartarse de las Sagradas Escritura; abre la puerta a las divisiones y a las ofensas. Si abandonamos la verdad, no duraran mucho la paz y la unidad. Muchos que llaman Maestro, Señor a Cristo, distan mucho de servirles, porque sirven intereses mundanos, sensuales, y carnales.
Corrompen la cabeza engañando al corazón; pervierten los juicios porque se enredan en los afectos. Tenemos que cuidar nuestros corazones con toda diligencia. La política corriente de los seductores es imponerse sobre los que están ablandados por sus convicciones.
La bendición que espera Pablo es la victoria sobre Satanás. Esto incluye todos los designios y estratagemas del Satanás contra las almas para contaminarlas, perturbarlas y destruirlas; todo sus intentos son para obstaculizarnos la paz del cielo aquí en la tierra, y la posesión del cielo en el más allá. Por lo tanto debemos resistir con fe y paciencia un poco más. Si la gracia de Cristo está con nosotros. ¿Quién puede vencernos?
En los versículos 21-27 Pablo agrega recuerdos afectuosos de personas que están con él, conocidos por los creyentes de Roma. Por otro lado lo que confirma las almas es la clara predicación de Jesucristo. Nuestra redención y salvación hecha por el Señor Jesucristo, incuestionablemente es la gran misterio de la piedad. Sin embargo, bendito sea Dios, que tanto este misterio sea claro como para llevarnos al cielo, si no rechazamos voluntariamente una salvación tan grande.
La vida y la inmortalidad so sacadas a la luz por el evangelio, y el Sol de Justicia se levanta sobre la humanidad. Las Escrituras de los profetas. Lo que dejaron por escrito, no sólo es claro en sí, sino que por ellas se da conocer este misterio a todas las naciones.
Toda la gloria que la humanidad caída dé a Dios, para ser aceptado por El. Debe ser por medio del Señor Jesús, porque en El solo pueden ser agradables para Dios nuestras personas y nuestras obras .Debemos mencionar esta justicia, como suya solamente, de Aquel que es Mediador de todas nuestras oraciones, porque El es y será por la eternidad, el Mediador de todas nuestras alabanzas. Recordamos que somos llamados a la obediencia de la fe, y que todo grado de sabiduría es el único sabio Dios, debemos rendir a El, pr palabra y obra, la gloria por medio de Jesucristo; para que así esté la gracia de nuestro Señor Jesucristo con todos nosotros para siempre. ¡:Amén!
Por: Pastor Ramón Herrera
Terminado Septiembre 12-2008